- 4.4.3 El insigt si yo soy mi juez, ¿no sere benébolo com migo? - 4.4.4 El insigth de un rayo de luna - 4.4.5 El insigh del conocimiento de como reaccionaran los demas
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4.4.1 EL INSIGHT DE “LA TRASTIENDA” En 1975 recién comenzada la transición política se estrenó una película titulada " La Trastienda". El film alcanzó, por aquel entonces, una triste fama por el escandalo que supuso el mostrar, por vez primera en el cine español, un desnudo frontal e integral femenino del cine Español. Supongo que este sería el principal motivo de ir a ver aquella película de mi juventud, pero no fue el rápido y difuminado desnudo de Maria Jose Cantado lo que se que daría en mi cabeza tras su visionado. El film de Jorge Grau tenía una serie de valores mucho mas interesantes que tan escueto momento. El guión era complejo y contenía varias lineal argumentales de las cuales se me quedo bien grabado un momento concreto, al final de la película, cuando el personaje central da un giro completo a su tradicional modo de comportarse y traicionado a su temperamento natural hace una reflexión sencilla y lógica que transciende sus convicciones, - ¿Dónde vas ahora? - Bueno, ya que me habéis acusado, juzgado, sentenciado y castigado por un pecado que no he cometido.….solo me queda ir a cometerlo. El argumento nos presenta a un hombre bueno, de fuertes convenciones personales sobre lo que esta bien y lo que esta mal y dispuesto a realizar todos los sacrificios necesarios para mantenerse firme en sus creencias. El vive en un ambiente igualmente de firmes convicciones morales, el hospital Universitario de Navarra del Opus Dei, pero no todos los compañeros de trabajo presentan sus características: aunque aceptan las convenciones morales y las promueven en realidad no las cumplen ocultando sus vicios. Nuestro héroe, casado, sin poder tener hijos, mantiene las rígidas propuestas de su religión católica, especialmente rígida en materia sexual. Aunque no falto de los deseos primarios que todo hombre siente hacia la mujer, se mantiene convenientemente alejado de cualquier tentación que pueda sobrevenirle y más teniendo en cuenta su aspecto atractivo, varonil, pulcro y formal. Se mantiene sin esfuerzo fiel a su esposa que hipócritamente le engaña con su mejor amigo y, a la sazón director, de la institución donde trabaja. En este ámbito se le adjudica como ayudante provisional a una bellísima enfermera que pronto se enamorará perdidamente de él, dejando en evidencia ante todos su deseo. Por su parte el doctor no dará señal alguna de aceptación. Sin embargo, y este es un interesante supuesto, en un momento dado el se da cuenta de que empieza a sentir alguna señal de deseo por la enfermera, deseo que pudiera fácilmente materializar puesto que ella esta francamente ofrecida. Y sin embardo nuestro héroe, ahora mas que nunca, reacciona de la forma mas honesta posible solicitando a su superior, el amigo infiel, traslade a la enfermera a otro departamento para evitar la tentación. Todo ello envuelto en el ambiente cargado, desinhibido y amoral de los San Fermines en Pamplona, ciudad en que se desarrolla la trama entre el chupinazo y el pobre de mi, creando un marco insuperable para este drama moral debido al brutal contraste al que se ve enfrentado el protagonista de honradez incólume enfrentándose a todos en una Sodoma en la que todos y especialmente sus más allegados, esposa y amigo, ya han sucumbido. La trama llega a su punto álgido cuando la bella enfermera desesperada por el rechazo de nuestro héroe se toma un tubo de barbitúricos, mas buscando la atención del medico que su propiamente la muerte. El medico es requerido por las amigas de la enfermera para salvar su vida, pensando quizás más en su presencia como estimulo que como médico. Y éste decide ir en su ayuda a pesar del ultimátum que su mujer le lanza, celosa por la acción de la enfermera y previamente informada por su amante jefe-amigo del marido. Una vez en el apartamento de la debilitada enfermera cuida de ella durante toda la noche con cariño y dedicación, evitando cualquier contacto físico que pudiera llevarles mas allá del hecho curativo en sí. A su regreso a casa, a la mañana siguiente, se encuentra con la puerta cerrada: su adultera esposa molesta, mas por el escándalo público producido que por su acción, ha cumplido su amenaza y le impide entrar. Cansado y hundido, aunque firme en su convicción de haber hecho lo correcto se dirige al hospital donde es requerido y regañado por su adultero jefe-amigo: - ¡Como se te ocurre armar este escandalo publico, todo el mundo se ha enterado de lo que has hecho! - ¡Pero yo no he hecho nada! - Mira, yo te comprendo, si te quieres beneficiar a esa bonita enfermera hazlo pero discretamente, sin que nadie se entere. El escandalo es lo peor que nos puede ocurrir en esta institución. Es imperdonable. - Te digo que entre mi enfermera y yo ha habido nada de nada. - Mira, he hablado con nuestros superiores y me dicen que lo mejor es que vayas durante unos meses a un retiro espiritual hasta que pase un poco el escándalo, luego veremos de recuperar todo lo perdido. - Pero yo, yo no,…… El héroe da la vuelta de regreso a la ciudad - ¿Dónde vas ahora? - Bueno, si me habéis acusado, juzgado, sentenciado y castigado por un pecado que no he cometido.......solo me queda ir a cometerlo. De esta forma el hombre bueno renuncia a sus convicciones y se revela no contra la maldad sino contra la hipocresía de la sociedad en general, pero no solo de la hipocresía burguesa a la que el pertenece sino contra toda clase de hipocresía y se pasea con la bella enfermera por todos los festejos de San Fermín delante de su esposa, amigos y colegas y acaba haciendo el amor como cualquier asalvajado adolescente en el parque de las murallas. El insight que me produjo la visión de la "La Trastienda" de la trastienda esta relacionado con la dificultad que existe en nuestro mundo, en todos los mundos, para que se desarrolle el “hombre bueno” el “hombre justo” "el hombre integro" sin doblez, y el derecho que éste tiene de vengarse de alguna forma, incluso, como el protagonista del film, haciendo aquello de que se le acusa injustamente. Ante la existencia del hombre justo, la sociedad, al contrario de reconocerle, destacarle y premiarle con su confianza, parece buscar todo lo contrario y le desprecia y muestra su continua desconfianza incluso públicamente. La sociedad actúa así, como un ser envidioso de la virtud de sus miembros, tal vez por que a su cabeza se acaban situando los miembros más corruptos de la misma. Estos buscan la descalificación, la calumnia y a la postre la destrucción social de los individuos auténticamente válidos, acusándoles, curiosamente, de todo aquello de lo que ellos mismos carecen. Lo terrible es que, con demasiada frecuencia, el malvado consigue su propósito y en alguna ocasión, como en el caso de la película de que tratamos, el hombre bueno acaba “vengándose”, ejerciendo ante la sociedad el rol que le ha sido injustamente asignado. Pienso en cuantos hombres buenos, que han llegado a la política con el sincero propósito de contribuir a crear una sociedad mejor y más justa para todos, han sido acusados de interés ilegitimo, o directamente de corrupción, al primer involuntario desliz, de modo injusto y sin apoyo alguno de la razón, simplemente porque "es lo que se supone que hace un político "' han acabado por decir, como el honesto doctor de "LaTrastienda": puesto que me acusáis de corrupción sin atender mis razones, y sin pruebas me habéis juzgado y sentenciado ante la sociedad, ahora yo quedo libre para tomar el beneficio ilegitimo por el que me habéis condenado. Y aunque, entiendo yo, estas personas tienen razón en su sentencia, a la postre, la sociedad queda gravemente perjudicada ante la perdida del hombre honrado. Busquemos, identifiquemos, incentivemos y cuidemos mucho a los hombres buenos, honestos y honrados de nuestra sociedad, son un tesoro del que no podemos prescindir. En una obra de Milán Kundera hace una excelente descripción de ese tipo de personas que están en las instituciones publicas por puro amor a lo que hacen, sin ningún tipo de interés ajeno al de hacer bien su trabajo, les llama "bailarines" y dice de ellos: “Quien sienta animadversión por los bailarines y quiera denigrarlos tropezará siempre con un obstáculo infranqueable: su honestidad; porque, al exponerse constantemente ante el público, el bailarín se condena a sí mismo a ser irreprochable; no ha firmado, como Fausto, un contrato con el Diablo, lo ha firmado con el Ángel: quiere convertir su vida en una obra de arte y el Ángel le ayuda en esa tarea de artista; porque, no lo olvides, ¡el baile es un arte! La verdadera esencia del bailarín radica precisamente en esa obsesión por ver en su propia vida la materia de una obra de arte; no predica la moral, ¡la baila! ¡Quiere conmover y deslumbrar al mundo mediante la belleza de su vida! Está enamorado de su vida como un escultor puede estar enamorado de la estatua que esculpe”.
4.4.2 EL INSIGHT DE “EL DIA DESPUES” En los años ochenta (1983) cuando aun coleaba la guerra fría y el miedo a una hecatombe nuclear sobrevolaba la mente de los más pesimistas, una película escandalizó América y por ende a todo el mundo occidental. Una producción modesta, destinada, en principio, a la televisión por cable, saltaba repentinamente a las pantallas de cine y a los informativos como un fenómeno a nivel mundial. ¿Cual era el mérito de esta producción cinematográfica titulada, con gran acierto “El día después”?. Había hecho algo que, curiosamente, nadie antes se había atrevido a hacer hasta la fecha, tras más de cuarenta años de guerra fría y amenaza nuclear: La descripción detallada y descarnada de los efectos que la explosión de una bomba atómica tendría sobre la población del area afectada. El director, al estilo de las películas de catástrofes, que habían estado de moda en la década anterior, nos mostraba una sencilla comunidad rural cercana a alguna gran ciudad donde la gente vivía sus pequeños dramas íntimos y familiares con la paciencia y resignación propia de una existencia monótona, carente de previsibles sobresaltos. Como era habitual en las películas de este tipo el director se acercaba con cierto detalle a alguna de estas familias para que conozcamos y nos identifiquemos con sus miembros y vivamos con ellos algunos de sus dramas cotidianos, y es cuando estamos ya familiarizados con ellos cuando, súbitamente, junto a los protagonistas, vemos pasar sobre sus cabezas una estela de luz azulada y luego, poco después, el inconfundible hongo blancuzco de una fusión nuclear. No se priva el realizador de mostrarnos los efectos causados en el epicentro de la explosión en forma se una tempestuosa oleada de fuego que incinera, reduciendo a ceniza, irremediablemente, todo cuanto se pone en su camino: Edificios, árboles, coches, personas a las que vemos, un segundo antes, paseando o charlando confiadamente con su acompañante. Todos arden y se volatilizan ante la onda expansiva de la explosión. Poco más se puede decir de este apocalíptico escenario ni de sus protagonistas, el director ha cumplido su misión acongojándonos de terror ante la posibilidad: ninguno de los masacrados lo esperaba unos segundos antes y cualquiera de los espectadores podrían ser, como ellos, fulminados en ese mismo momento sin que, como en el film, supiéramos exactamente el como ni el porqué. Solo con el hecho de existir esas armas terroríficas ya nos ponemos ante la posibilidad de ser fulminados. Pero, como he dicho, no son las víctimas directas las que interesan al discurso de la película sino esas otras víctimas secundarias que, sin llegar a morir, se verán afectadas gravemente por la explosión, la victimas del “día después”, ya que una bomba nuclear trae también terribles secuelas para los sobrevivientes, debido a la radiación y al llamado invierno nuclear, que fectará a sus campos, sus cosechas, sus animales y a sus propios cuerpos. Este es el verdadero tema de la película y es aquí donde encontré, al visionar la película, el motivo de este insight. Y es que esas vidas que hemos visto previamente, azoradas por pequeños dramas familiares vividos con un dramatismo casi trágico, se verán bruscamente sobrepasadas por los terribles hechos sobrevenidos, y que van a dejar, repentinamente, esos pequeños dramas domésticos pulverizados ante la realidad que se les echa encima. Y es en ese momento cuando se produce el insight, cuando llegan a la comunidad unos técnicos del gobierno para ayudarles a reaccionar ante lo ocurrido. Ellos no saben lo que ha pasado, ni importa mucho en ese momento, los técnicos irán indicando las acciones a realizar para evitar la radiación nuclear: La purificación del agua, los lavados continuos, la desinfectación de todas las cosas, el sacrificio de los animales y de las cosechas afectadas etc. etc. Pero no queda hay la cosa, cuando los técnicos agrícolas les dicen que deberan cavar sus tierras más de un metro, desechando la tierra contaminada, y esperar mucho tiempo para poder cosechar en ellas, los habitantes de esta comunidad, que nos sirve como modelo de cualquier otra en semejantes circunstancias, saltan indignados y despotrican contra las autoridades que les asesoran aireando sus derechos como ciudadanos y aun como seres humanos: ¿Pero están Vds. locos? ¿Como vamos a hacer semejante labor, enfermos como estamos y sin poder alimentarnos bien? ¡Es un esfuerzo atroz, digno de esclavos, imposible de llevar a cabo! ¡No hay derecho, es injusto, no lo haremos! Y es entonces cuando el funcionario, representante de gobierno, dice unas palabras reveladoras: ¡No se trata de derechos ni de libertades, ni siquiera de lo que esta bien o esta mal. Métanse en la cabeza que acabamos de sufrir una explosión nuclear y deberíamos estar todos muertos, de hecho, de alguna manera lo estamos. Todo ha cambiado y no nos vale nada de lo que estábamos acostumbrados a considerar. Se trata de sobrevivir, de vivir unos años o unos meses más. Cada día más será un logro, un regalo. Pueden tumbarse y dejarse morir o luchar por esos días más de vida, sean los que sean. El Insight vendría a ser una toma de conciencia de que todos podemos tener un “día después”, un hecho, una noticia, una circunstancia, un momento dramático que, como en la película, nos llegue bruscamente y sin aviso dando un giro completo a nuestra existencia. Un momento trágico que se presente en medio de nuestras insignificantes preocupaciones cotidianas y lo revolucionen y banalicen todo, entonces de nada valdrán las lamentaciones, ni nuestros derechos cívicos, ni siquiera los humanos, solo valdrá luchar con denuedo y sin quejas por ese día más de vida, ese día más de esperanza, ese día más de estancia sobre la tierra y veremos entonces, claramente, cuan fatuas y absurdas son nuestras pequeñas cuitas cotidianas. Nota: The day after (El día despues ) es una película estadounidense dirigida por Nicholas Meyer y protagonizada por Jason Robards y John Lithgow. Estrenada para la televisión norteamericana en la cadena ABC en 1983. Postula una hipotética agresión nuclear entre la OTAN y el Pacto de Varsovia. Sin embargo, la acción se centra en los residentes de Lawrence, Kansas, y Kansas City, Missouri, así como varias granjas situadas junto a silos de misiles.
4.4.3 EL INSIGHT DE SI YO SOY MI JUEZ Y DECIDO EL CASTIGO ¿NO HE DE SER BENEVOLENTE CON MIGO MISMO?. Uno de los insight mas decisivos en mi libertad personal surgió cuando, pasada la pubertad y primera juventud, me tuve que enfrentar a la disyuntiva de hacer realidad los sueños de juventud o vivir en la realidad en que me movía. En todo ser humano hay una necesidad interna que nos impele a ser, a hacer, a realizar algo excepcional por encima de nuestra la realidad cotidiana, algo que nos aporte riqueza, notoriedad, honor y gloria personal. Esta necesidad llega a temprana edad y se desarrolla en los sueños de niñez y juventud, mientras los estudios nos preparan y aún todo es posible. Pero tarde o temprano nos enfrentamos a la realidad vivida y a la dificultad de realizar esos sueños que debemos materializar en proyectos concretos que resultan mas difíciles de conseguir cuanto más ambiciosos sean. Se produce entonces un proceso paulatino de adaptación y resignación que permite aceptar la imposibilidad real de que todos y cada uno de los soñadores alcancen en plenitud sus ambiciones. En mi caso, en el de mis ambiciones personales, la situación era particularmente agobiante pues suponía tener que emprender un camino harto tortuoso y de muy dificil resoluciónón positiva. Un camino que debería de emprender cuanto antes y que suponía un enorme sacrificio personal sin que nada me asegurara el éxito final. La dificultad en mi caso era casi insalvable debido a mi gran timidez y falta de decisión que me impedían, incluso, proyectar un programa asequible para mis ambiciones. Consecuentemente el tiempo pasaba sin que fuera capaz de hacer nada práctico en pro de mis sueños juveniles mientras mi actividad en la vida real acomodaba con la consecución de un buen sueldo y un trabajo cómodo y seguro. Pese a ello la sensación de fracaso era agobiante debido a esa pulsión innata que todo hombre tiene hacia el triunfo, y mi ego era castigado por los típicos pensamientos que en estos caso atacan la autoestima: eres un incapaz, jamás serás nada importante, perderás tu vida en la mediocridad, seras un fracasado etc, etc. Todos estos pensamientos negativos, que en realidad forman parte de la evolución de toda personalidad hacia la vida adulta, donde la realidad, sea la que sea acaba imponiéndose, me estaban hundiendo en un lodo de pesimismo que me asfixiaba hasta que, repentinamente y en mitad de un de mis negativas elucubraciones me llego el siguiente insight : Ante mi presunción de ser una persona excepcional que podría conseguir cualquier meta que me propusiera, me pregunto: ¿Porqué tengo que ser una persona excepcional y porqué debería alcanzar las más altas metas?. ¿Quién me lo exige? ¿Quien me impele a conseguirlas? ¿Quién pretende que base en su consecución mi felicidad? ¿Quien me va ha examinar hoy o al final de la vida por lo que he hecho? ¿Quién me juzgara por ello? ¿Quién me concederá un premio o castigo según los resultados obtenidos?. La respuesta a todas esas preguntas era una sola: ¡Yo!, yo y solo yo. Así pues, siendo yo mi propio juez y jurado y quien reparta reproches y parabienes, ¿no habré de ser benévolo conmigo mismo? ¿No me concederé a mi mismo quitarme de encima las inútiles cargas y aceptar todo aquello que ya tengo como un beneficio? Este insight en forma de reflexión lógica fue fundamental para deshacerme de la carga que suponía mi obsesión de tener que ser un ser excepcional, según el designio que mis sueños infantiles y juveniles me habían trazado, y que enfilada ya mi vida adulta empezaban a resultar una carga agobiante. Tenemos el derecho a ser benévolos con nosotros mismos y la obligación de aligerar al máximo esas múltiples cargas que nos colocamos sobre las espaldas y que nos impiden la obtención de una felicidad inteligente. Nota: Remito al lector de este insight, interesado en el tema, a la lectura del artículo "Como ser feliz desde su sillón" . O al siguiente titulado "El insight de un rayo de luna.
4.4.4 EL INSIGHT DEL RAYO DE LUNA. Uno de los Insight más significativos en mi experiencia juvenil y relacionada con mi pasión amorosa de aquellos años es éste del rayo de luna, insight que a percibí leyendo un texto de Gustavo Adolfo Becker: "Cuentos y Leyendas" , correspondiente a la leyenda de idéntico titulo que el de este artículo. La leyenda definía a la perfección mi estado de animo personal, absorbido y obsesionado como estaba por mis sucesivos amores platónicos que condicionaban mis actos y absorbían mis pocas fuerzas. Manrique, el protagonista y mi alter ego en esta leyenda, era un joven afortunado, lo tenia todo, era rico, apuesto, valiente, podría tener cualquier chica que quisiera hermosa, noble, pasional, virtuosa etc.etc. sin embargo, en una noche de luna llena, estando de cacería, cree ver a una preciosa joven que corre evanescente entre los árboles al atardecer, fuertemente atraído por su belleza la persigue con el corazón encogido, mientras ella parece desvanecerse en el bosque entre las sombras del anochecer. Manrique la busca, pregunta por ella en toda la comarca, no se resigna. Se obsesiona por ella y deja de atender todas sus cosas para dedicarse por entero a la busqueda. Un año después el joven deprimido, destrozado por su obsesión regresa al lugar donde vio a la doncella por primera y ultima vez, y ésta vuelve a aparecer. Ahora Manrique no se lo piensa dos veces y con el corazón enaltecido se lanza a su captura y es ahora cuando ve, cuando comprende, lo absurdo de su obsesión : aquella dama etérea y sutil no es otra cosa que un rayo de luna que moviéndose entre los árboles daba la apariencia de una evanescente figura de mujer. Becquer define perfectamente la posición de este insight en su alegato final, cuando con la cabeza perdida, sentado junto al fuego del hogar, en su castillo, Manrique repite una y otra vez balbuceando, ante los ánimos que sus allegados intentan darle para que se levante de su postración y salga en busca de la felicidad, del amor, de la gloria: "- ¿La felicidad? ...! La felicidad es un rayo de luna ! - ¿El amor?.... ¡El amor, es un rayo de luna¡ - ¿La gloria?, ..!La gloria es un rayo de luna! - Felicidad..., amor..., gloria..., ¡mentiras! Mentiras todo, fantasmas vanos, que formamos en nuestra imaginaciónón y vestimos a nuestro antojo, y los amamos y corremos tras ellos ¿Para que?, ¿Para que?. Para encontrar al final un rayo de luna. Todos pensaban que aquel hombre estaba loco. A mí, por el contrario, se me figura que lo que había hecho era recuperar el juicio " Poco hay que decir a lo añadido por Manrique, sean evanescentes rayos de luna, grandes o pequeños amores platónicos, proyectos que consideramos vitales e imprescindibles, cualquiera que sea su naturaleza y su aparente importancia para nuestra vida, al final se tratan solo de rayos de luna que nosotros mismos revestimos de importancia irrenunciable y nos afanamos por conseguirlos como si en ellos nos fuera la vida. No es así, el problema de revestir rayos de luna estriba en obsesionarnos con ellos y cortar todo tipo de amarras con la realidad. No es necesario acabar como el joven Manrique tras descubrir la verdad o vivir una eterna mentira, la clave que me ofreció el descubrimiento de este insight es que siempre podemos salirnos fuera del ensueño considerando que nada es realmente necesario y que lo mismo que hemos vestido un rayo de luna para embelesarnos en su posibilidad, podemos desvestirlo y abandonar su inconsistencia para vestir ahora, si fuera preciso, un nuevo rayo mas cálido y cercano. Hay un truco excelente para quien con el tiempo haya conseguido dominar el arte de vestir y desvestir rayos de luna: Dejarse dominar por el ensueño, embelesarse con el aporte de nuestra imaginación y gozar de esa maravillosa experiencia del amor imposible y puro. Luego, cuando este comience a hacerse triste y obsesivo y parecerse, cada ver más a un rayo de luna, soltarse de él mediante la consideración del insight tal como lo describe Manrique, y con suerte encontrar un nuevo rayo de luna al que revestir de nuestra pasión. Advertir por último que este es un ejercicio arriesgado y solo recomendable a quienes puedan deslindar con facilidad la verdad de la fantasía.
4.4.5 EL INSIGHT DEL NUEVO CONDENADO POR DESCONFIADO En su obra "El condenado por desconfiado" Tirso de Molina nos relata una ficción cuyo objeto es poner en cuestión un tema que en su tiempo estaba en plena discusión entre Jesuitas y Dominicos: la predestinación como destino irremediable, más allá de lo que una persona pueda hacer para salvarse. Un hombre piadoso y con fe, obsesionado por su destino final y desconfiado de sus propias acciones busca conocer que será de él buscando la revelación en la omnisciencia Divina. La respuesta recibida mediante la aparición de un ángel, que a la postre será el diablo, es que su destino será el mismo que el de Enrico, un conocido criminal de su época. Decepcionado y consciente del peligro va en busca del malvado bandido intentando conseguir su conversión, pero al darse cuenta de lo imposible de su misión y seguro de su perdición eterna, se lanza, el mismo, a la disolución y el pecado logrando efectivamente su condenación. Mientras tanto y paradójicamente el criminal a quien estaba asociado su destino, gracias al recóndito amor que siente por su esposa, se arrepiente al pie del cadalso y se salva. Es pues la desconfianza en la bondad y misericordia divina lo que condena al eremita más allá del hecho de que su paradójico destino fuera conocido previamente por Dios. Hay un hecho que he observado con cierta frecuencia en mi entorno y cuyo pensamiento y consideración me lleva siempre al recuerdo de esta obra filosófico- literaria del siglo de oro, a pesar de que no existe una exacta correlación entre uno y otro caso. En mi contacto con algunos compañeros de trabajo, amigos y conocidos, de los cuales tenía una excelente opinión como personas cabales y de honor, observaba con cierta extrañeza que se mostraban ariscos, si no abiertamente críticos, con respecto a nuestra religión católica, despreciando sus ritos más cotidianos. Al intentar profundizar un poco en su sentimiento, varios me han relatado un episodio, generalmente infantil o adolescente, en que ellos a alguno de sus allegados han tenido una mala experiencia por parte de la iglesia, un sacerdote, o persona abiertamente religiosa. No se trataba de autenticas experiencias traumáticas sino de hechos en los que el sujeto se había visto contrariado por una respuesta, o una acción generalmente estricta y a veces desproporcionada o bien por un claro mal ejemplo que hacía chocar dramáticamente lo que se predica con lo que se hace. Pero aun en el supuesto de que, efectivamente, el comportamiento del religioso hubiera sido injusto, excesivo y digno de sanción, el verdadero problema que habría alejado a mis amigos y compañeros de la iglesia sería un clásico entre los errores de razonamiento humano: una sinécdoque del pensamiento que consiste en considerar la parte por el todo. Es decir, centrarse en un hecho concreto para juzgar todo un inmenso conjunto que no tiene porque verse afectado por ese hecho concreto. Su razonamiento podría tener el formato del siguiente silogismo: Si el servidor de una religión se comporta de modo contrario a lo que ésta predica, eso significa que lo que predica esa religión no es autentico, por lo tanto la doctrina es falsa y no debo seguirla sino mas bien denostarla. Peor es este otro silogismo igualmente asociado a lo anterior pero con tintes de venganza: Si tú,, servidor de tal religión, me agrades o desairas Y a la vez buscas con gran deseo que forme parte de ella, Yo, no solo no voy a rechazar tu doctrina, sino que la atacaré y denostaré en cuanto tenga ocasión. Castigándote de este modo y vengándome de tu ofensa. En ambos caso el sujeto se olvida de lo principal, que es su relación directa con Dios y sus ansias de salvación, para llevar a cabo una especie de venganza que en realidad poco daño hace a la religión en si misma, y ni siquiera afectará al religioso que ha provocado tal reacción,. Por el contrario, esta reacción le deja huérfano de una de las vertientes más enriquecedoras del ser humano: la del sentimiento religioso. El sujeto se convierte así en un verdadero “condenado por desconfiado” pues, como el protagonista del drama filosófico de Tirso de Molina, se olvida del Dios misericordioso, para caer inmediatamente en la negación y la venganza. Como Paulo parece, en el fondo, desear tener una disculpa para romper con norma litúrgica o moral de la religión y lanzarse a una desinhibición sin complejos aduciendo, paradójicamente, que su erroneo comportamiento es justificado por el mal comportamiento que en su momento mostró quien pudo ser maestro. Aparece pues en esta historia, siempre vivida y contada desde la particular experiencia del sujeto ofendido, un malo malísimo que sería el religioso de su experiencia y una victima “inocente” terriblemente perjudicado por la acción sufrida del malvado. Y sin embargo el malvado “Enrico” seguramente se acabará salvando y la victima se acabará perdiendo, por desconfiado, y por los mismos motivos del drama filosófico que sirve como leitmotiv de este articulo. Estoy seguro de que, por poner un ejemplo, el sacerdote que le dio un cachete en público a su joven alumno por que hablaba sin atender en la catequesis o aquel que siguiendo estrictamente las normas eclesiásticas no permitió enterrar en sagrado a tu hermano suicida, etc etc. No lo hicieron por pura maldad y no pretendían, ni sospechaban siquiera, del trauma que dejaría para siempre en el corazón de nuestro bondadoso "Paulo". Por el contrario fue el honrado deseo de corregir o de aplicar estrictamente las normas a las que se veía atado las que le llevaron a actuar de aquella manera. Desde su punto de vista el hacía lo correcto y es más bien en la mente de la victima donde se forma el problema. Pero aunque hubiera habido un principio de autentica maldad en el religioso, éste, gracias al mantenimiento de su fé, su capacidad de arrepentimiento, y al estar rodeado de un ambiente donde es natural el cabar llegando a una contrición autentica, mediante la que Diós despliega en cada criatura que cree en El y a El acude en solicitud de perdón, toda su misericordia, acabará sus días en la Divina Gracia y será salvo. Mientras que la víctima, paradójicamente, al apartarse de la idea de Dios y la esperanza de su gracia, abandona toda la posibilidad de salvación: Su supuesta venganza contra el religioso concreto, al convertirse en sinécdoque de la Iglesia y del mismo Dios, se revuelve contra él mismo, fulminando toda esperanza. Aun más, diría yo que el hecho de elegir ese suceso, que le aconteció en un momento puntual de su existencia, como prejuicio negativo y perpetuo hacia la religión y con ello a todo acercamiento a la esperanza en Dios, (esta no es siempre la opción tomada por todas y cada una de las personas que se enfrentan a una experiencia de este tipo) indicaría una "predestinación" a la perdición, si bien hubiera sido su libre elección tras el concreto acontecimiento traumático acaecido lo que hubiera dirigido su destino. Esto ocurre de un modo general a todo hombre religioso (que ha recibido la fe) a lo largo de su vida cuando se encuentra ante situaciones traumáticas propias o generales, puede elegir entre uno u otro camino : desesperación-venganza-alejamiento de Dios, esperanza-perdón-acercamiento al consuelo divino y está elección, casi siempre intuitiva, nos indicaría claramente la "predestinación" hacía la santidad de cada ser humano y lo haría en mejor medida que la aparición de aquel falso Angel que llevo a la perdición al desconfiado Paulo. Por último llamar la atención sobre mi afirmación de que estos conocidos, sobre quiénes he observado la actitud arriba descrita, son considerados por mí como buenas personas, hombres y mujeres nobles y con tendencia a hacer el bien, y sin embargo desde el punto de vista religioso serán condenados por su incapacidad es de reconocer a Dios en sus honestas vidas. Esto parece tan injusto, como que los culpables de su ofuscación y quizás peores personas, en general, se acabarán salvando, debido a su más fácil acceso, por la fe, a la gracia. Y es este sentido de injusticia que encontré claramente en el drama "El condenado por desconfiado" y que va más allá del que parece ser su tema principal: la predestinación, lo que me produce un insight y una automática evocación de esta obra, cada vez que me encuentro con algún caso como los arriba descritos. Y acabó intentando comprender el porqué una y otra vez hasta llegar siempre y de nuevo a unas conclusiones que se repiten: en todo ser humano existe de modo innato la posibilidad de ver o intuir a Dios en si mismo y en lo que le rodea: es la fe. Mediante una religión esa fe se ve dirigida en orden a obtener la misericordia Divina y por su medio la salvación. Pero no todo el que intuye a Dios es capaz de usar la religión como medio directo sin atender a otros elementos que le distraigan. El mantenerse firme a lo esencial de la fe y la religión es determinante. Mis amigos, como Paulo, tenían ya la semilla de la fe en su corazòn e incluso una religión de esperanza cuando su camino se vio frustrado por la duda y una desesperación externa. Pero aún pudieron elegir. Fue una elecciòn personal, la que les llevo a elegir el camino equivocado mediante una decisión que, más allá de que fuera fundada en una fuerte experiencia, vivida como traumática, eliminaba la opción del perdón y con ella al Dios del amor. No obstante ni ellos ni nosotros debemos desesperar, pues hasta el último momento, como al malvado Enrrico, nos puede tocar una luz que ilumine la esperanza.
4.4.86 EL INSIGHT DE “LA APUESTA DE BLAS PASCAL”. A veces lo que hace el insight es ratificar o formular desde la visión de un autor reputado y, como en este caso, genial, una idea o concepto que tu ya tenias dentro de ti mismo pero sin definir del todo y que ahora, al comprobar la existencia de esa formulación insigne, sale como una revelación de donde se encontraba para ser diáfanamente aceptada: este es uno de esos casos. Aunque tenía en casa el libro "Pensamientos" de Blas Pascal no fue hasta la lectura de la novela de Graham Green "El Americano Impasible" que me encontré con la llamada "Decisión de Pascal". Cuestión que el gran filósofo francés había formulado en sus " Pensamientos" y a la que se alude en la novela. Pascal, en un momento dado, hace una reflexión contra la desidia que mostraba parte de la sociedad francesa de su tiempo (siglo XVII) hacia la religión y más concretamente por la salvación eterna del alma. Si alguien tuviera una enfermedad gravísima, se pregunta el filósofo, de la que se desconoce la existencia de remedio alguno que pueda curarla, pero alguien le asegura que existe una flor que crece en la cumbre de una montaña lejana cuya infusión que puede remediar definitivamente su mal. ¿No se interesaría vivamente por este tema? ¿No procuraría informarse bien de todo lo referente a dicho tema, buscando otras opiniones, indagando experiencias y documentándose de sus pormenores?. Y a la postre si la información le mostrara un mínimo de posibilidades ¿no se acabaría por trasladar hasta esas montañas lejanas en busca de la flor maravillosa que pueda salvarle la vida? Y sin embargo, observaba, muchos hombres y mujeres de nuestra sociedad sabiendo con seguridad que algún día habrán de fallecer irremediablemente, pasan sus días en nimias y absurdas disputas y elucubraciones estériles sin ni siquiera buscar la posibilidad de un remedio para su seguro y trágico final. Siendo la religión la única materia que nos ofrece una vida más allá del óbito y siendo esto notable en nuestra sociedad occidental, dada la promesa recibida de Dios mediante la fe en la salvación por Cristo, hay mucha gente que no solo no hace nada por enterarse de como es esto, su posibilidad, que tiene que hacer para poder acceder a esa gracia etc. etc. sino que se niegan a acercarse a una iglesia o a quien pudiera informarle y además con frecuencia desprecian y hacen burla de esta solución y de quienes la buscan: En último extremo se jactan de su impiedad y aceptan el trágico destino humano sin más argumentos. Es éste un primer insight que me toco claramente, puesto que yo mismo desde muy joven no acertaba a comprender los motivos ni el porqué existía tanta gente que pasaba de una espiritualidad y de una fe que lo era todo para el hombre, y que además se jactaban de ello. Estaba muy seguro de mi fe, pero también de que mi elección no solo era la mejor de las posibles sino que era la única posible. Por eso mi encuentro con la formulación que Blas Pascal hace de esa decisión como una formula matemática relacionada con el calculo de probabilidades fue realmente revelador y daba formato fuerte a lo que en mi estaba como una seguridad personal: la de que aunque, estuviera equivocada, la decisión por la fe y la esperanza era la mejor de las posibles elecciones. Pascal nos propone unos postulados que ratifican la estupidez del los sujetos que aceptan, sin mas, un destino trágico pues elijen una apuesta a caballo perdedor fijo: Apuestan a perder. La apuesta de Pascal parte de dos presupuestos ciertos: Que el morir es seguro y que lo que sea del alma humana tras el óbito es un misterio que nadie puede conocer con absoluta seguridad. Partiendo de lo anterior, presenta la opción de salvación que ofrece la iglesia por medio de la fe en Dios y en la redención por Cristo. La apuesta sobre el tablero es a que Dios existe y salvará nuestra alma o a que Dios no existe y nada puede salvar al hombre de la aniquilación. Por otra parte la apuesta es necesaria hacerla ya que no querer apostar equivale escoger la segunda opción. Las posibilidades de la apuesta son cuatro: 1°) Si vivimos como si Dios existiera y no existe, perdemos la apuesta, pero en realidad no hubiéramos ganamos nada ya que el premio es la muerte. 2°) Pero si, por el contrario, hecha esta apuesta, Dios existe, lo ganaremos todo: La apuesta y la gloria. 3°) Si vivimos como sino Dios no existiera y no existe, ganaremos la apuesta, pero en realidad no ganamos nada: Morimos. 4°) Si por el contrario, hecha la anterior apuesta Dios existe, no solo perdemos la apuesta, sino que también lo perderemos todo: Morimos y perdemos el cielo. Así pues la única opción, realmente ganadora, es la segunda. En todas las demás acabaríamos aniquilados. Y dicho todo lo anterior la pregunta es ¿por que en este tablero de apuestas no apostamos todos a la única casilla que nos puede dar premio¿ Mi Insight no consistió, entonces, en cambiar mi ficha de lugar en el tablero de juego, puesto que yo siempre he apostado por la segunda opción, sino la de ratificarme en mi intuición mediante tan ingenioso postulado científico sabiendo que sea cual sea la solución, yo ya he apostado a la única opción que tiene premio.
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- 4.4.0 Presentación, concepto de Insight, indice - 4.4.1 El insight del film “La trastienda” - 4.4.2 El insight del film “El dia después” - 4.4.3 El insight si yo soy mi juez, ¿no sere benébolo com migo? - 4.4.4 El insight de un rayo de luna - 4.4.5 El insigth del condenado por desconfiado - 4.4.6 El insight de la apuesta de Pascal ¿Que es un Insight y que entiendo yo por Insight? La palabra insight tiene diversas acepciones en filosofía y psicología, siendo la más clara aquella que remite a una iluminación o revelación repentina que permite al sujeto aclarar o vislumbrar con nitidez y verdad un tema importante para su vida. Algo que normalmente aparecía oscuro u opaco a nuestro entendimiento aparece ahora, tras el insight, claro y revelador a la propia conciencia pudiendo hacerse cargo de algún vació o incomprensión latente en nuestra existencia. La revelación o insight se produciría de un modo repentino o espontáneo o bien tras una búsqueda mas o menos metódica y programada dirigida a se fin, como sucede en el psicoanálisis. Es, sobre todo el sentido primero, el que yo quiero dar a este concepto, si bien entiendo que en la mayoría de las veces existe en mi una inquietud velada previa que hace que el insight emerja como algo significativo que responde a esa inquietud, o que permite un plantearme el tema con luz nueva. Pienso que buena parte de nuestros convencimientos y progresos vitales están conducidos por algún insight que ha sido conformado por nuestra experiencia y revelados al final ante una necesidad vital que no ha podido encontrar su solución por otros medios racionales o vivénciales. Una de las características mas importante que estos insight tienen para mí es que una vez que han sido revelados e interiorizados por mí, se aparecen una y otra vez a nuestra mente como opción de nuestro pensamiento, siendo evocados de modo recurrente ante argumentaciones diversas correlacionadas, aunque no siempre, con la experiencia del propio insight. Toda persona tiene una serie de frases, experiencias y argumentos consolidados que aparecen recurrentemente en sus argumentaciones, buena parte de ellas, según mi propia experiencia, se corresponderían con estos insight interiorizados. Los argumentos que manejamos, las experiencias que recordamos, las historias que contamos a los demás, están relacionadas con algún tipo de insight personal que dejo especial huella en nuestra experiencia. Ahora yo, a la hora de escribir sobre mis pensamientos, me encuentro con que a la mayoría de ellos puedo encuadrarlos dentro de algún tipo de insight que actuó ya en su origen o bien como resolución del mismo. La mayoría de ellos puedo clasificarlos dentro de los apartados que he creado según la materia de que trato. Otros, que han quedado sueltos, los dejo aquí en esta sección de "Mis Insight". Los motivos de estas reflexiones que a continuación expongo son, como los de esta página Web: 1° El recuerdo, la fijación y el razonamiento sobre el propio insight. 2° Intentar que estos insight que yo he ido teniendo a través de mi historia puedan servir a un hipotético lector de esta página para obtener su propia iluminación, reflexión y, a la postre, utilidad práctica. INSIGTH EN OTRAS SECCIONES O PAGINAS - El insight del Film “Acoso” (Ver en Filosofía y Psicología 4.1.4). - El Insight Pasar por la existencia sin reconocer a tu creador (Ver Fe y Religion 4.1.6) - El insight del santo Job (Ver en Fe y Religion 4.2.1) - El insight de la capa de San Martín (Ver en Fe y Religión 4.2.2) - El Insight de la teodicea (Ver en Fe y Religion 4.2.3) - El insight de “Creo en Dios y en que Dios Cree en mi” (Ver en Fe y Religion 4.2.5).
Miguel Angel Ibarra
Mis Insight
Pensamientos 4.4