Miguel Angel Ibarra
Filosofía y Psicología
4.1.0 INTRODUCCIÓN
4.1.0.a) La filosofía y yo
Fue durante sexto curso de instituto, con 16 años, y de la mano de mi reconocido profesor D. Ladislao Gil Munilla,
que descubrí la Filosofía.
Fue un momento excepcional en mi vida, mucho más significativo que un insight, que me permitió descubrir un
mundo que ya estaba dentro de mi, que me rodeaba y asistía a mis pensamientos más profundos a cerca de mi
mismo, y mis inquietudes comprensivas, incluso religiosas, y que me llevaban más allá del mundo limitado y un
tanto incomprensible que me rodeaba.
Uno de mis primeros descubrimientos reveladores fue la percepción del profundo significado que me ofrecía la
existencia de los llamados "grados de abstracción” y en especial de ese tercer grado al que, sin conocer su
normalización en esta disciplina, ya había intuido en mi propia experiencia. La percepción de esos distintos modos
de estar en la existencia que iban desde el simple pasar instintivo y apenas racional, al paso emocional tan frecuente
en el hombre de hoy que busca una conformidad con su sentir sin ir mas allá en su percepción, todo ello se
completaba con ese tercer grado de abstracción, que ahora descubría gozoso, como algo real y compartido por
multitud de hombres sabios en el tiempo y en la historia y en el que deseaba sumergirme.
Dentro de este curso de filosofía, no obstante, mi interés, mas práctico, se decantó hacia las partes relacionadas con
la psicología, llevado por la acuciante necesidad de estabilizar mi personalidad y resolver las muchas dudas que mi
paralizante timidez y vergüenza pública sembraban en el conjunto de mi actuación cotidiana. Más adelante en el
artículo titulado "INTRODUCION: YO Y LA PSICOLOGÍA" aclararé mejor esta segunda vía muy relacionada
con mi "enamoramiento conceptual” de Sigmund Freud y su psicoanálisis.
Nos encontramos pues ante la revelación o insigh de una vía luminosa que me permitía viajar por y hacia una forma
de existencia fuera de lo que equívocamente denominamos realidad cotidiana: Las dudas previas sobre lo qué sea la
realidad, a que atribuimos el marchamo de verdad, o incluso sobre la propia existencia del tiempo y el espacio (uno
de mis trabajos en aquel curso iniciático trató precisamente sobre el concepto de tiempo en distintos autores como
San Agustín, Kant o Comte), me permitían colocarme en una situación escéptica y muy superior con respecto a las
personas que me rodeaban, cuyas vidas transcurrían en un nivel de segundo e incluso de primer grado de
abstracción, preocupados y dependientes del universo sensible al que habían sido adheridos sin que jamás hubieran
tenido oportunidad de tomar contacto con este mundo extraordinario que predica ese tercer grado de abstracción.
Conforme a lo dicho llegaría desarrollar en el futuro dos personalidades que más o menos era capaz de controlar, y a
las que denominaba mi "Yo fantástico" y "Mi yo real". El primero me permitía huir de una realidad más o menos
aceptable, a un mundo de pensamiento e imaginación que sentía más auténtico, más mío, y más satisfactorio, pero al
que también debía controlar mediante mi yo real para evitar caer en algún tipo de éxtasis extracorpóreo que me
dificultaría la existencia.
La filosofía, no obstante y como he dicho, no fue mi camino de estudio preferente ya que me decante por la
Psicología, constituyendo en el futuro, la filosofía una especie de asignatura pendiente a la que nunca dejé de apuntar
y a la que muchos años después he vuelto, dispuesto a estudiar, pensar y proponer aquellas muchas cuestiones que
especialmente en las áreas de la ontología, la epistemología y el conocimiento en general me resultan vitales y
absolutamente estimulantes.
En esta sección de Filosofía, pretendo presentar alguna de estas reflexiones y pensamientos siempre que los
considere especialmente lúcidos e interesantes.
4.1.0.b) La Psicología y yo
El origen de mi interés por la Psicología es el mismo que el de mi interés por la filosofía y parte de las clases que de
ésta nos impartió D. Ladislao Gil Munilla en 6º curso de bachillerato en el instituto de mi localidad.
Dentro de este curso de filosofía, se trato también el tema psicológico, lo que llamó inmediatamente mi atención, si
bien, no al mismo nivel de la filosofía y su carácter abstracto y conceptual, sino mas bien por su carácter practico y
por la utilidad que de un modo inmediato pudiera tener para mi, dada la acuciante necesidad de estabilizar mi
personalidad y resolver las muchas dudas que mi paralizante timidez y vergüenza pública sembraban en el conjunto
de mi actuación cotidiana.
No me sirvió mucho este primer acercamiento a la psicología, pero su existencia me produjo una percepción
relajante al saber que había una disciplina que estudiaba y trataba estos temas.
Uno de los insigth mas interesantes que recibí en este curso fue cuándo el profesor nos hablo de la existencia dentro
de cada hombre de al menos tres personalidades casi siempre diferentes: la que uno cree tener, la que le adjudicarán
los demás (y aún esta segunda variaría dependiendo de la percepción de cada uno que pudiera juzgarnos), y la que
realmente, alejadas las apreciaciones subjetivas, tenemos. Esta concepción de la personalidad del ser humano, de su
complejidad y dificultad, fue una aut¨¦ntica revelación para mi ya que ponía en razón el porqué de las dificultades
que había estado sufriendo para la comprensión de mi propia conducta y sobre todo de la de los demás. Ahora
podria ver que pretender abarcar y aún comprender la personalidad propia, y aun más difícil, la de los demás,
constituía una acción imposible.
También al comienzo de mi carrera universitario para profesorado de EGB, tuve alguna asignatura relacionada con
la psicología evolutiva donde pude entrar de lleno en algunas de las principales cuestiones que esta disciplina
trataba. Uno de los temas que recuerdo haber acogido con especial interés fue uno que dividía el amor humano en
tres fases evolutivas diferente pero cronológicamente complementarias: Amor platónico, amor de flirteo y amor
sexual verdadero. El primero, propio de adolescentes e iniciados ponían su objeto en figuras de autoridad, ídolos
juveniles o compañeros idealizados. El segundo se dirigiría al descubrimiento del sexo y de los juegos eróticos
mediante flirteo. Por último superadas estas dos anteriores fases se llegaba a un estado en que el amor se consolidaba
dirigiéndose a una estabilidad en la pareja y la formación de una familia. Yo, que por aquel entonces me hallaba
sumido en unos intensos y absorbentes amores platónicos, me encontré reconfortado ante la perspectiva de una
evolución futura hacia la normalización amorosa.
Uno de los factores que mas influyeron en mi acercamiento a la psicología fue precisamente un trabajo que tuve que
hacer, por aquella época, sobre el psicoanálisis a partir de la lectura de las obras "Tres ensayos sobre teoría sexual" e
"Introducción al psicoanálisis" que completaron un "enamoramiento" conceptual por su autor, Sigmund Freud y su
teoría del psicoanálisis.
Sin embargo, debo reconocer no fue precisamente el psicoanálisis, ni otras técnicas por el estilo las que me sirvieron
para superar mis problemas de carácter como la timidez y vergüenza social sino, curiosamente, la lectura de un libro
de autoayuda "Tus zonas erróneas", que me ofreció una amplia y muy acertada visión general de mis problemas y de
como sortearlos con un relativo éxito. Quedó el psicoanálisis como opción de una novela que deseaba escribir y una
literatura que siempre me subyugó.
Por fin y como homenaje a todo aquel practico despliegue psicológico decidí que debería estudiar esa carrera, más
que por un deseo explícito de ejercer la profesión, por una necesidad real de saber y conocer que había en el interior
de cada persona, de cada historia, de cada cabeza y particularmente de la mía.
No fue sin embargo una experiencia completa esta, la de mi licenciatura de psicología, ya que aunque me sirvió para
obtener gran cantidad de conocimientos y métodos estos no hicieron sino abrirme a horizontes inabarcables de
posibilidades con respecto a la conducta humana, complicando aun más mi deseo de concreción, de encontrar una
explicación clara, cómoda y sencilla a la acción del alma.
He de destacar, dentro de mis estudios, la frustración que me supuso la obsesión existente por parte de los psicólogos
que estudiaba, generalmente conductistas y experimentales, de estudiar de modo "científico" el alma humana (ver el
articulo al respecto). Una pretensión que suponía una enorme perdida de tiempo y me dejaba tocado con respecto a
la capacidad del ser humano para superar perjuicios a la hora de enfrentar este tipo de estudios: Que este absurdo,
encabezonamiento sostenido por una disciplina empeñada en ser científica, y que tantos hombres sabios dedicados a
su estudio persistieran durante tantos años en su error me hizo dudar de todo.
Tampoco con el psicoanálisis hubo mucha suerte, pues a pesar de seguir seducido, como había estado siempre por el
marco teórico en que se encerraba la disciplina y aun siéndome ésta de gran utilidad comprensiva y explicativa de
muchos casos prácticos, me fui alejando poco a poco de esta vistosas teorías Freudianas ante la incapacidad de sus
seguidores de ofrecer nuevos avances y resultados satisfactorios.
Por último y tras acabar mis estudios y colegiarme pude comprobar con gran tristeza la cobardía de la profesión,
que en España y al compás del resto del mundo, ha sido incapaz de luchar por imponer su autoridad sobre la verdad
de su disciplina en aquello que les concernía, dejándose amordazar, cuando no utilizar, por posiciones ideológicas, a
veces violentas, de grupos sectarios y minoritarios junto a otras posiciones gubernamentales de políticas
tendenciosas y amenazantes. Esta supeditación de los psicólogos "oficiales" a lo "políticamente correcto" me sigue
dando, aun hoy en día, un tono triste e incompleto a mi carrera, como si en vez de ayudarme a comprender y saber
de algo me hubiera ayudado a desconfiar y dudar de casi todo.
Creo en el ser humano como un ente enormemente complejo, a priori incapaz de comprenderse y de ser
comprendido, también creo que está en su naturaleza, en cuanto capaz de reflexionar sobre si mismo, la posibilidad
de comprenderse y comprender su situación en el universo cercano. La labor es inmensa y edificante, si bien si
nuestro objeto se expande a todos los demás seres humanos, las relaciones entre ellos y con nosotros mismos,
entonces nos encontramos ante una misión casi imposible.
4.1.1 LA PSICOLOGIA Y SU BUSQUEDA DEL ALMA EN LAS
CONEXIONES CONDUCTUALES.
Dentro de la pasión por la psicología en que incurrir en los años de mi juventud y mas allá de la fascinación que me
producía el psicoanálisis freudiano, podría decir que su principal atractivo lo constituía la posibilidad que se me
habría de poder comprender y controlar mi personalidad, harto difícil en aquella época y en la necesidad de
comprender mis relaciones con los demás y llegar a modificar una conducta excesivamente tímida y vergonzosa que
coartaba mis deseos de hacer las cosas que realmente deseaba.
Me costo, precisamente por todo lo dicho, comenzar mis estudios de psicología. Lo hice quizás, cuando ya la
experiencia vital me había dado muchas de las soluciones que buscaba, pero con todo, acogí con gran animo y deseo
el inicio de los estudios no dudando en ningún momento, a pesar de tener una diplomatura en educación y estar
trabajando en una gran empresa, en elegir la especialidad de clínica.
Sin embargo según iban transcurriendo los estudios y pasando las asignaturas no parecía que me diera muchos datos
prácticos a cerca de como conseguir utilizar los conocimientos adquiridos como ayuda a mi causa particular, ni
siquiera a otras causas ajenas. ?Cual parecía ser la principal causa para llegar a esta decepción en mis aspiraciones?.
?Que fallaba a la hora de afrontar los problemas de personalidad de la gente?
En la universidad de los años 80 aún había una gran obsesión por someter a la psicología a un riguroso control
científico. Es decir, que no estaban dispuesto a ir más allá, en el estudio de la conducta humana de aquello que se
pudiera medir, contar o dimensionar. Se pretendía el estudio de algo tan etéreo e inconmensurable como el alma
humana mediante bisturí y regla.
Asignaturas como Psicología Matemática, Psicología conductual, Psicología fisiológica etc etc. buscaban darnos una
explicación exclusivamente científica dejando apenas resquicios hacia algo más allá de las conexiones neuronales y
las leyes conductuales en la consideración del Psicoanálisis como posibilidad compleja fuera de la normativa
puramente fisiológica, gracias sobre todo a Sigmund Freud y su exitosa explicación que parecía abarcar todas las
enfermedades psicológicas desde un novedoso punto de vista que sustituía bisturí, electroshock y medicamento por
algo tan humano como conversaciones sobre el cheslón. Pero salvo estos momentos mágicos que no se llegaron a
concretar ni siquiera en una asignatura el conductista Wundt y el experimental Paulov seguían, muchas décadas
después siendo los reyes venerados a lo largo de todas las asignaturas.
Tras las dudas sobre efectividad del Psicoanálisis expuestas por el estudio de Hans Eysenck en los años 50-60 y el
camino sin salida que suponía el método conductual, incapaz de ir más allá con su intento de explicar la complejidad
de la conducta human simplemente con leyes automáticas de acción reacción a comenzaron a aparecer en los
estudios, si bien tímidamente unas nuevas posiciones como las de Beck con su psicología cognitiva que se olvidaba
de las conductas automáticas y los reflejos para considerar nuevas teorías que se adentraban en la conducta desde un
más amplio espectro de posibilidades que obviaban el hecho de que era imposible la comprensión de la complejidad
del alma humana mediante el método científico, que suponía experimentos con medidas materiales de algo
inmaterial.
Los llamados por mi nuevos métodos suponían un buen numero de posiciones teóricas que intentaban explicar la
conducta, exponiendo sus supuestos a la efectividad de los tratamientos que de ellas se derivaban y que se ha
popularizado enormemente a través de los llamados "Libros de autoayuda" que permiten un acercamiento personal y
popular a estos métodos.
Pues bien, el insigh que me llegó de todo esto es una sensación de duda y gran escepticismo ante la capacidad del
ser humano de llegar a conocer la verdad de las cosas y como visto desde una amplia perspectiva, cientos de
científicos dedicados, desde hacia un siglo, a estudiar el alma humana se habían ofuscado en la imposible tarea de
hacer una psicología exclusivamente científica y experimental cosechando un enorme montón de datos
completamente inútiles e inservibles tanto para explicar la conducta como para intentar su modificación.
Buena parte de toda este decepción se fundamenta en la obsesión existente por parte del científico y de todos cuantos
rodean a una actividad cualquiera, acerca de la necesidad de demostrar cualquier conocimiento a través del método
científico.
En primer lugar esta la presunción de que el método científico da un conocimiento autentico. Precisamente en mis
estudios de Psicología pude comprobar la volatilidad continua de esa seguridad ante la gran cantidad de vicios que
podían introducirse en un experimento, buena parte de ellos incluso ignorados por la buena fe del experimentador.
Como quedaba demostrado por los experimentos que en principio habían sido perfectamente controlados por los
científicos que los realizaban y que luego eran replicados y refutados por nuevos experimentos aduciendo muchas
veces problemas en el control de las variables. Curiosamente estos controles daban lugar a nuevos experimentos que
formulaban una nueva teoría con frecuencia opuesta a la anterior y que a su vez era nuevamente replicada y refutada
y así sucesivamente sin que pudiéramos decir que, dada la historia que llevaban detrás, la ultima teoría fuera la
definitiva. Y esto hablando del método experimental en sentido estricto que si usamos el otro método llamado
científico como es el correlacional o estadístico entonces el error basado en el interés del experimentador se nos
dispara al cielo. En segundo lugar esta la negación de validez de cualquier teoría que no emplee el método científico
ya sea experimental o correlacional y que incide directamente el hecho de que el conocimiento esté cojo y manco y
andemos así por el mundo actual, sujetos al limitadísimo mundo de lo medible y comprobable por los sentidos
externos y cortando radicalmente cualquier proposición que se nos haga desde el campo de la razón y del
conocimiento intelectual e incluso intuitivo. Y es que en este, mi caso, mi experiencia personal, se puede ver, muy
bien reflejado este problema que mas arriba denuncio puesto que en el caso de la psicología se perdieron muchas
décadas y en el mío muchas horas lectivas por la cabezonada ilógica y absurda de querer estudiar con regla y bisturí
la complejísima realidad del alma humana y de sus relaciones y enfermedadades no físicas sino pertenecientes a una
realidad que podríamos metafísica o mejor simplemente espiritual.
4.1.2 LA PSICOLOGIA COMO INVESTIGACION Y RESPUESTA A
LA PROPIA CONDUCTA
Suele decirse popularmente que todos los psicólogos están locos o por lo menos que son gente rara. Podíamos
entender esta impresión en el hecho de que muchos de los estudiantes que se decidieron por la psicología podían
tener problemas en su personalidad o en su conducta quedando, de algún modo, fascinados ante la posibilidad de
comprender el porqué de su forma de ser y de sus desarreglos conductuales. La posibilidad de curarse a si mismo he
incluso el poder llegar a ayudar a otras personas con problemas psicológicos similares o incluso más graves y
complejos que el suyo propio sería otro importante acicate para decidirse por estos estudios y actividad profesional.
Al menos estos debieron ser, en su momento, algunos de los principales motivos, que me animaron a estudiar la
carrera de Psicología y a elegir la especialidad de "clínica" sin dudarlo frente a las otras opciones posibles como la
"educacional" y la "empresarial" , a pesar de venir de estudios de profesorado y estar trabajando en ese momento en
una importante empresa.
Fue, seguramente, esa fuerte timidez y falta de decisión a la hora de afrontar retos sobre los que pudieran pesar
opiniones ajenas, que me aquejaba en mi adolescencia y juventud, lo que me puso en firme disposición de acceder al
mundo de la modificación de la conducta.
Es por todo ello que me sentí enseguida tocado por esa frase o idea que apuntan muchos articulistas, monologuistas y
comunicadores en general que, a modo de ironía o de chiste ingenioso, atribuyen una cierta locura a aquellos que
justamente se dedican al estudio, modificación y cura de los desordenes conductuales . Y además, puedo asegurar,
que aparte de mi propia experiencia, he observado bastantes casos curiosos de magníficos teóricos y profesionales del
mundo de la psicología que en su vida normal muestran un comportamiento que parecía digno de ser tratado,
seguramente por otro profesional de la disciplina que ellos ejercen. Pero, al fin y al cabo, ¿no ocurre algo parecido en
otras muchas disciplinas?. Pienso que si.
Nota: Este artículo trata sobre una apreciación anecdótica y carente de todo sentido crítico. No pretende demostrar
nada ni busca una reflexión científica. Es simplemente un insight curioso y recurrente que me sobreviene cada vez
que observo en psicología y otras disciplinas análogas los curiosos personajes que las pueblan. Todo sin
pretensiones científicas, ni siquiera críticas.
4.1.3 LA PSICOLOGIA Y EL FALSO INSIGHT DE COMO
ACTUARAN LOS DEMAS
Ya en mi niñez y especialmente en mi adolescencia, apareció en mi una obsesión relacionada con los problemas de
timidez que entonces me agobiaban: la de conocer de antemano como actuarían los demás ante un concreta
interacción personal con ellos.
Mi timidez presuponía siempre una respuesta exagerada por parte de mi interlocutor a cualquiera de mis actos lo que
hacía que me inhibiera de las relaciones con los demás y pospusiera hasta la caducidad cualquier acción que pudieran
suponer un juicio de valor de los demás sobre mi. Así pues desde mi niñez, ya consciente de que el problema residía
en mi mismo y en ese adelanto dramático de las reacciones de los demás ante mis requerimientos, busqué una
formula que me pudiera adelantar como iban a responder los otros ante mis acciones.
Tras dar varias vueltas al asunto, y sin saber exactamente en base a que, llegué a una conclusión que entendí era muy
acertada y que podría fácilmente permitirme saber como responderían los demás cuando yo me tuviera que enfrentar
a ellos solicitando o proponiéndoles alguna cosa. La clave consistiría en hacer un esfuerzo racional por el cual yo me
pondría en la piel de mi interlocutor, escuchando el requerimiento que yo le hacia e intentando razonar como lo haría
él y de forma que pudiera prever su respuesta dentro de un abanico cerrado de posibilidades y de esa manera prever a
mi vez una reacción lógica y positiva que pudiera favorecer a mi propósito.
En resumen mi solución consistía en pensar que los demás iban a responderme igual que yo lo haría si me encontrara
en esa situación en su situación. Comencé pues mi experimento con cierta impresión de verosimilitud de éxito pero
sin embargo, y he aquí el insight recibido en aquella temprana experiencia, todas las previsiones realizadas en base a
semejante teoría fueron erróneas no acertando en ninguna de ellas. Podría más fácilmente asegurar que hubiera
acertado más con esta teoría si hubiera previsto que los demás actuarían ante mis requerimiento de modo contrario al
de cómo yo creía que fueran a actuar.
Efectivamente, la enseñanza que recibí con el acaso de este insight, y bien a mi pesar, fue la de que nadie, nunca,
puede asegurar cómo va a actuar otro ser humano, y que en modo alguno puede pretender hacerlo extrapolando a otro
individuo su personal forma de actuar de encontrarse en esa misma situación.
De todo ello, igualmente, podemos decir, que cada persona es un mundo y un mundo cambiante en si mismo, y que
aunque se trate de alguien muy cercano al que creamos conocer bien, este nos podria sorprender fácilmente y
arruinar nuestra predicción, siendo más útil prepararnos para cualquier repuesta posible.
Nota: A parte de lo que aquí se afirma a partir de una experiencia anecdótica infantil, la previsualización o
dramatización de posibles situaciones problemáticas a las que nos vamos a enfrentar, es una técnica psicológica
muy recurrida y eficaz para afrontar problemas en personas con pocos recursos sociales o baja autoestima.
4.1.4 FILOSOFÍA PROFUNDA EN EL DISCURSO DE LA
PROTAGONISTA DE “ACOSO” FILM DE 1994.
El guión de esta película está basado en una novela del mismo título de Michael Crichton y esta ambientada en las
luchas por el poder que se desatan entre los altos directivos de una empresa de la industria informática ante una
próxima fusión millonaria. Este hecho provocara un movimiento en los cargos en los que parece haber extraños
intereses por parte de la actual dirección y que provocará el centro de la trama. El tema viene traído desde la
situación de uno de los ejecutivos, (Tom Sanders) que actúa como protagonista, y que es particularmente sometido a
una situación de acoso y derribo.
Este ejecutivo que esta situado, a priori, en una posición optima ante el inminente nombramiento de vicepresidente de
la nueva compañía fusionada. El protagonista que esta bien situado en esta lucha por la vicepresidencia, comienza a
recibir extraños e-mails de advertencia de un "amigo" que se corresponderán con amenazas reales que le pondrán en
situación muy comprometida, siendo la principal la llegada de una agresiva ejecutiva (Meredith Johnson), ex-amante
del protagonista que, visiblemente apoyada por el jefe de la compañía, parece ir a por el protagonista buscando su
descrédito, siendo el momento culminante de toda la trama una tórrida escena en que la ejecutiva, busca a toda costa
la seducción sexual de su compañero y antiguo amante. Ante la negativa del mismo a realizar el acto, hasta el punto
de acabar huyendo del lugar, ella le denunciara por acoso sexual.
Esta demanda es contrarrestada por Sanders alegando que había sido Johnson quien lo había acosado y de la que por
casualidad había conseguido una prueba irrefutable.
Sobre esta subtrama aparece un nuevo intento de descabalgar a Tom de sus opciones a vicepresidente de la nueva
compañía, mediante la acusación de negligencia por un fallo en las instalaciones de Malasia y que protagoniza
nuevamente la agresiva Meredit. Pero también en esta ocasión, Tom, con cierta fortuna, tras investigar la verdad de lo
sucedido conseguirá destapar y destruir los argumentos de su ambiciosa oponente y ponerla en ridículo frente a la
asamblea de accionistas. Al final ton salvara su honra y su trabajo aunque el puesto de vicepresidente irá a parar a una
compañera "amiga" quien abría jugado su baza con gran habilidad desde la sombra.
En resumen la trama es excelente y la película está muy bien hecha, si bien puede resultar algo confusa para quien no
esté muy familiarizado con el mundo empresarial y o informático. Pero el autor, que se muestra como un auténtico
genio en este tipo de thrillerd, da la cara como gran escritor de Best Selers.
Bueno, pero ¿Que tiene todo esto que ver con el pregonado insight filosófico que aparece en el título de este
artículo?: No mucho, la verdad.
Muy poco tiene que ver el mundo de ambiciones personales, interese económicos y odios rastreros de sus
protagonistas con el momento mágico de reflexión profunda que nos ofrece precisamente la ambiciosa y carente de
todo escrúpulo antagonista del film. Se tratan de unas palabras dirigidas de modo vehemente y seguro a un auditorio
de inversores pendiente del futuro brillante y prospero que les augura la tecnología informática y de comunicación. Si
bien esta lucida reflexión de Meredith pasa desapercibida en la secuencia debido a que su interés parece estar en
como lo dice y como en ello revela un temperamento megalómano descontrolado e irascible , lo cierto es que yo fui
inmediatamente tocado por es sentido profundamente filosófico que encierra su razonamiento. Sus palabras
refiriéndose a las posibilidades y al poder que encierra la nueva tecnología informática son las siguientes:
"Ofrecemos con la tecnología lo que la religión y la revolución han prometido pero
nuncahan logrado: liberarse del cuerpo físico, liberarse de la raza y del sexo , de la
nacionalidad y la personalidad, del lugar y del tiempo. Comunicándonos a través del
teléfono, del ordenador portátil, del PDA y del módem de fax residente, podemos
relacionarnos como pura conciencia.”
Si leemos la presentación que yo hago de esta página web y en muchos de los escritos de la misma
esta idea es redundante y ya estaba en mí cuando escuche el alegato que la ejecutiva informática
presenta en el film. Por eso el insight fue inmediato ante el reconocimiento que en la película
se hace de este pensamiento especialmente profundo en cuanto alude a la "pura conciencia" mas
allá del tiempo y el espacio y desprovisto de cualquier característica física o fisiológica
discriminante: edad, apariencia física, color, minusvalía física, raza e incluso sexo. La idea
ya estaba en la filosofía desde Platón y es troncal a lo largo de toda su historia hasta nuestros días en que ha quedado
un tanto escondida ante la tiranía de lo físico y lo científico, sin que por ello nada pueda acallar a la verdad que
resplandece firme a la razón de que somos "pura conciencia y consciencia".
En la película esta reflexión pasa completamente desapercibida y como hemos dicho solo parece ser un medio para
denotar el carácter melómano y exagerado de la antagonista, perdiéndose así una oportunidad de oro de debatir este
planteamiento que es importantísimo para la humanidad y como ella augura en su discurso marca el camino del ser
humano hacia un futuro auténticamente "claro y distinto".
4.1.5 LA INSOPORTABLE BANALIDAD DE PASAR POR LA
EXISTENCIA SIN RECONOCER A NUESTRO CREADOR
En cierta ocasión hablando con un compañero especialmente convencido de su ateísmo y que se vanagloriaba de
despreciar todo cuanto a la religión se refería, llegamos a considerar el concepto fe, el enseguida se apresuro a
contestarme con una frase del ínclito cineasta y pensador Woody Allen: "yo solo creo en el sexo y en la muerte" y
divagando sobre la frase comentaba: "¿No sería la cosa mas horrible del mundo pasar por la vida, de morir, sin haber
tenido nunca sexo"? Me quedé pensando un rato en la consideración propuesta y no tuve otro remedio que reconocer
que seria triste el pasar por la vida sin conocer el sexo, pero sobre todo sin conocer el amor, pero algo había en esa
reflexión que no me convencía del todo, algo que me chirriaba en el cerebro. Ya en casa, mas tranquilo, me llegó la
imagen de los santos y religiosos que habían renunciado al sexo en orden a su fe y de como, a pesar de ello, habían
encontrado la felicidad en sus vidas. No la tragedia del ser humano, realmente, ni seria el no haber conocido el sexo
sino el no haber conocido el amor , y luego, pensando en los grandes místicos y ascetas se me ocurrió una frase que
me fue reveladora : "¿No seria lo mas trágico del mundo pasar por la existencia humana sin ser capaz de reconocer a
tu creador, sin reconocer a Dios?" hay algo más triste que correr una vida usando solamente nuestros instintos
animales, corriendo tras los placeres de la carne a la que estamos adheridos sin ser capaces de experimentar esa gran e
intima experiencia conceptual, propia y única del ser humano.
Recibí esta frase reveladora como un insight, como una revelación personal y sentí mucha pena por mi compañero y
amigo, por que el, vanagloriándose de su falta de fe jamas podría alcanzar lo que sin duda es la experimentación
esencial mas importan que un hombre, un alma, puede experimentar: el reconocimiento y conocimiento en las cosas
y en la propia mente de Dios su creador.
Hay una frase terrible de Vladimir Nabókov que viene a decir que nuestra existencia no es más que un destello de luz
que brilla entre dos eternidades de oscuridad. En mi reflexión pude ver a ese hombre ciego al que se la da durante un
breve destello la oportunidad de conocer algo, y vi allí, frente y alrededor de él a ese Dios, tan grande que es a la vez
difícil de ver al no poderlo abarcar y a la vez imposible de no ser visto e intuido. Nosotros somos así el destello y Dios
todo lo demás. Mi frase resumen de este insight contra la inquietante frase se Nabokov diría así: No existen ni tiempo
ni espacio solo Dios y nuestro destello.
4.1.6 COMO SER FELIZ DESDE TU SILLÓN
Por Miguel Angel Ibarra
INTRODUCIÓN
Siempre he sido partidario de los libros de autoayuda y he leído varios de ellos. También he sabido apreciar las
múltiples colecciones de frases célebres, adagios, refranes y consejos que desde una vertiente positiva y vital tanto
ayudan a formar un carácter bien dispuesto y optimista que nos permite romper y superar los muchos momentos
obscuros que nos acechan tras la dureza de la propia vida.
Sin embargo he observado que en todo libro de autoayuda y en las máximas con que pretenden motivarnos existe
siempre una demanda de acción: Es necesario hacer algo extraordinario, esforzarnos enormemente para obtener esa
felicidad prometida y, sin embargo, a pesar de las promesas de éxito seguro tras el esfuerzo, no siempre esto es así.
Frases motivantes como "el mayor de los fracasos es no haberlo intentado nunca" o "Querer es poder", "Quien la
sigue la consigue” etc etc, encabezaron durante mucho tiempo el listado de mis propósitos. Son frases que nos
impelen a salir al mundo con actitud audaz (“la victoria es de los audaces”) a fin de conseguir una serie de cosas que
creemos necesitar para alcanzar la felicidad.
Pero realmente todas esas cosas solo se hacen necesarias por el hecho de creer que los son. Su consecución no nos da
la felicidad en si misma, apenas nos rebaja la tensión que nosotros mismos generamos. Caemos pues en un círculo
vicioso que se alimenta a sí mismo con su propia obsesión. Este circulo se puede romper con un simple razonamiento:
“Yo puedo en cada momento decidir que me va a hacer feliz, y como puedo decido”. (Ver en esta web el insigh:
Si yo soy mi juez y decido el castigo ¿ no sere benevolo con migo mismo?).
Ver en esta web el insigh: Si yo soy mi juez y decido el castigo ¿ no sere benevolo con migo mismo?). Esto
supone rechazar cualquier formula que se nos haya dado antemano: consejos, suposiciones, formulas mágicas o
consensuadas etc. y proponernos resolutoriamente definir que queremos que nos dé la felicidad.
Así pues, sin desdeñar la posibilidad de que aceptemos libremente emprender un duro camino para alcanzar una meta
difícil y ambiciosa, podremos decidir, por ejemplo, ser feliz sentado en mi sillón.
Así pues afirmamos que el mayor problema para alcanzar la felicidad es la excesiva obsesión por alcanzarla y el falso
sentimiento de que si no tenemos que hacer un gran esfuerzo para conseguirla, ésta, no merezca la pena. También
podemos afirmar que si decidimos que no necesitamos buscar la felicidad en nada que nos suponga un esfuerzo tal
vez nos demos cuenta que podríamos encontrarla en el confortable sillón de nuestra casa. Lo cierto es que ese
momento del día, el del confortable descaso tras la dura actividad cotidiana, se concibe como el momento más feliz
de la jornada, ¿Por qué? Podríamos, decir que nos sentimos: “Felices de no tener que hacer nada para ser feliz”.
Esto es así de simple, lo que pasa es que desde pequeños nos inculcan la idea de que la felicidad solo se puede
alcanzar mediante el esfuerzo y aun que el grado de felicidad será directamente proporcional al trabajo empleado en
su consecución.
Este aprendizaje infantil unido, y seguramente generado por una autentica pulsión atávica, nos crea una permanente
tensión que nos lleva hacia un camino de esfuerzos, que puede ser largo y amargo dependiendo del nivel al que
situemos nuestra meta de felicidad. Y ni siquiera su consecución nos asegura la felicidad, ya que en no pocas
ocasiones ocurre que lo que en ella encontramos no es tal como lo esperábamos o bien una vez en la cima, no
podemos relajarnos (sentarnos en nuestro sillón para disfrutar de la felicidad que creímos alcanzaríamos al llegar allí)
y debemos continuar el viaje manteniendo la tensión, dramáticamente, para seguir permaneciendo en ella ante el
empuje de quienes como tu mismo suben la cuesta del éxito con tanto a mayor empuje que el que pusiste y amenazan
con desalojarte.
Mi respuesta a todo ello, repito, es que no necesitamos realmente hacer nada para ser felices y de nuevo afirmo que
uno de los principales motivos de infelicidad del ser humano es la necesidad que tiene de ser feliz y de tener que
hacer esfuerzos para conseguirla.
Así pues, si evitamos esas necesidades que nosotros mismos nos creamos estaremos en una posición mejor para
recibirla desde la paz estática y contemplativa.
INDICE: (APUNTES PARA LA CONFECCIÓN DE UN HIPOTÉTICO FUTURO LIBRO SOBRE LA FELICIDAD).
(Algunos puntos se esbozan aquí, otros los desarrollaremos mas adelante)
Introducción: Contra la felicidad definida como lucha y logro, obligación de ser o hacer.
1º ¿Que es eso de la felicidad?
2º Tipos de felicidad
3 Umbrales de la felicidad (pendiente de redactar).
4 La mochila de la felicidad y como soltarla.
5º Yo decido que me hace feliz y que no y puesto que puedo elegir mejor hacerlo con algo que pueda conseguir
fácilmente.
5 El valor adaptativo de la pulsión hacia la “Felicidad”.
6º Algunas frases propias y recogidas sobre este tema.
7º Como ser feliz desde el propio sofa. (pendiente de redactar).
1º) QUE ES ESO DE LA FELICIDAD
NO EXISTE UNA DEFINICIÓN ÚNICA Y SATISFACTORIA DE FELICIDAD. Hace mucho tiempo ojee un
libro que, intentando llegar a saber que era la felicidad. Presentaba la recopilación de un centenar de definiciones,
dadas por diversos autores de renombre, intentando describir o definir lo que era, según ellos, la felicidad: la
diversidad de puntos de vista desde donde se abordaba ya nos daba perfecta cuenta de la complejidad de su
comprensión, no existiendo ningun punto en común que pudiera reunir de modo inequívoco a todas ellas, salvo el
mismo "constructo" de felicidad que todos creían tener. Por ni parte no hubo ninguna definición que me fuera
plenamente satisfactoria.
Algún tiempo después escuché en una tertulia televisiva una definición que por simple y clara me dejo bastante
satisfecho: Felicidad es colocarse una piedra en los zapatos, subir una montaña, volverla a bajar, regresar a tu casa,
sentarte en tu sillón y quitarte los zapatos.
¿Quien no aceptaría que al final del breve relato se intuye perfectamente que es felicidad? ¿Y quien no estaría de
acuerdo en que obtenerla, de esta manera esta al alcance de cualquiera?.
No obstante su inmediatez, no es una definición definitiva ya que, como he dicho la definición completa y real no
existe. pero aprovecharé que en ella se menciona el confortable sillón como lugar de disfrute para adoptarlaa mi
teoría.
2º) TIPOS DE FELICIDAD
FELICIDAD DINÁMICA Y FELICIDAD ESTÁTICA: Por lo ya dicho fácilmente podremos distinguir la
existencia de dos conceptos separados de felicidad a los que designaé con una nomenclatura sacada de un libro de
filosofía* y que se corresponde con una idea bastante generalizada entre los pensadores más importantes. Según ello
deberíamos de distinguir entre la felicidad llamada dinámica, que se correspondería con la que se busca en el esfuerzo
y sacrificio diario conducente a una meta que concebimos como "nuestra felicidad" o como aquello que nos hará
felices, y aquella felicidad que nos proporcionaría el estado de no necesitar buscar ninguna felicidad, bien por haber
alcanzado ya la meta perseguida o bien porque hemos sido capaces de obviar la necesidad de una disputar una difícil
meta y hemos ido directamente a buscar la paz que supuestamente encontraríamos al alcanzar dicha meta. Así pues,
distinguiremos entre una felicidad dinámica y una felicidad estática.
Una clasificación que yo propongo consiste en racionalizar de mayor a menor la intensidad de los diferentes
parámetros de felicidad y su posibilidad de ser mantenida en el tiempo.
a) Felicidad física inmediata y real seria la que obtendríamos ante un suceso extraordinario que nos acontece
sorpresivamente o siendo muy deseado nos era difícilmente esperado: Que nos toque una lotería, encontrar un tesoro.
Aprobar una difícil oposición etc.
Esta felicidad cursa con fuertes síntomas físicos y fisiológicos: aceleración del pulso, liberación de endorfinas,
sensación de irrealidad, euforia etc. Este estado de felicidad pura no es duradero ya que no podríamos mantenerlo
continuamente pues acabaría o bien empeorando nuestra salud física o bien habituándonos a ese estado y
consecuentemente haciéndonos perder la esencia de este tipo de felicidad..
b) Felicidad física real tras la consecución largamente trabajada de un objetivo concebido como
proporcionador de nuestra felicidad.
El impacto en este caso no es tan brusco como el anterior ya que la consecución de la meta se va vislumbrando poco a
poco, si bien el final puede ser rápido y sorpresivo: Un escritor que ha trabajado duro para escribir una novela se ve
rápidamente publicado y reconocido, y a demás gana un prestigioso premio sorpresivamente.
Este tipo de felicidad, no por ser progresivo deja de cursar con fuerte tensión nerviosa y momentos de euforia y bajón
de ánimos. Solo si el final es plenamente satisfactorio alcanzara una felicidad diáfana aunque nunca perfecta, pues
una vez conseguida su meta deberá de nuevo tensionarse y pelear por conservarse en ella, lo que pondrá en duda la
consecución final de un tipo de FELICIDAD con mayúsculas. (Aunque se tratara de un escritor genial, ampliamente
reconocido hasta su muerte, caben cantidad de circunstancias que una vez habituado al éxito le hagan infeliz)
c) La felicidad del camino. Damos por sentado que toda marcha hacia un objetivo de felicidad futuro es una marcha
dura, esforzada y angustiosa pero es posible haya un tipo de felicidad fijada no tanto en la meta como en el camino en
si. El hecho de caminar en si mismo nos puede proporcionar felicidad o bien porque nuestro objetivo de felicidad esta
en el propio caminar o bien porque el simple hecho de vernos progresar hacia la meta nos motiva y nos hace, aunque
sea de un modo secundario, felices.
d) Felicidad centrada en sensaciones inmediatas sin estar asociada a una meta. Son pequeñas satisfacciones
cotidianas no asociadas a grandes metas que nos hacen felices: Un baño tibio, una buena noticia, una celebración con
los amigos etc, etc. sol las pequeñas cosas de la vida que nos pueden hacer felices sin provocar grandes cantidades de
adrenalina o euforia desatada.
e) Felicidad centrada en el estado de paz y conformidad que se adquiere tras conseguir una meta difícil y sentir la
paz de haberlo conseguido y de no tener que esforzarnos más..
f) Felicidad idéntica a la conseguida en el apartado 5° pero cuya consecución no necesita del logro de metas
sino de la anulación de la necesidad del esfuerzo por conseguir una meta. En esta felicidad el sujeto de deshace
de la necesidad atávica adaptativa propia del ser humano para concentrarse directamente en la sensación de paz y
conformidad con sigo mismo. Conformidad que nace de haber conseguido burlar la pulsión adaptativa y alcanzando
el estado post felicidad inmediata.
Para ello el sujeto habrá, previamente, asegurado las necesidades básicas de supervivencia en sus niveles mínimos.
En este artículo trataremos este último tipo de felicidad.
* Nota de libro “Historia de la Filosofía occidental de Bertrand Russel”l: Los placeres dinámicos consisten en el logro de un fin
deseado, con el deseo previo acompañado de un dolor. Los placeres estáticos consisten en un estado de equilibrio, resultante de la
existencia del estado de cosas que desearíamos si nos faltasen. Creo que se puede decir que la satisfacción del hambre, mientras va
en aumento, es un placer dinámico, pero el estado de descanso que sucede cuando el hambre está completamente satisfecha, es un
placer estático. De estos dos géneros, Epicuro estima más prudente perseguir el segundo, puesto que es puro y no depende de la
existencia del dolor como estímulo del deseo.
4) LA MOCHILA DE NUESTRAS NECESIDADES:
Para alcanzar una felicidad estática es necesario que veamos claramente que somos dueños de nuestra felicidad y que
podemos decidir libremente lo que necesitamos o no (a excepción de aquello que supone nuestro soporte vital). En tal
medida es esto así que podríamos decidir libremente “no ser felices” o simplemente no buscar serlo.
«La felicidad es como una mariposa, cuanto más la persigues, más huye. Pero si vuelves la atención hacia otras cosas, ella viene y
suavemente se posa en tu hombro» Viktor Frankl
Así pues, si evitamos esa necesidad de ser felices, y de tener que esforzarnos para conseguirlo, nos encontraremos en
una posición mejor para recibirla desde una paz estática y contemplativa.
Todos llevamos una mochila que nos colocamos a la espalda y en la que vamos metiendo necesidades que nosotros
mismos u otros nos crean, y andamos, así, incómodos por nuestra existencia arrastrando un saco de necesidades que
en realidad no son tal. Buscamos la felicidad bajo la premisa de que es inalcanzable o muy difícil de encontrar
cuando ésta en realidad es tan sencilla de lograr como soltar, sin más, el saco de nuestras necesidades innecesarias y
seguir nuestro camino o, mejor aun, quedarnos a descansar en el lugar en que nos encontramos, ya libres de la carga.
5º YO DECIDO QUE ME HACE FELIZ Y PUESTO QUE PUEDO ELEGIR MEJOR
HACERLO CON ALGO QUE PUEDA CONSEGUIR FACILMENTE.
Tras
descubrir
que
ante
el
viaje
obsesivo
hacia
una
meta
distante
y
difícil,
e
incluso
antes
de
comenzar
el
camino,
uno
puede
plantarse
y
decirse
a
si
mismo
:
Pero
¿porqué
tengo
que
ser
una
persona
excepcional?
o
¿porque
tengo
que
perseguir
este
objetivo
o
aquel
sueño?.
¿Quién
me
lo
exige?
¿Quién
lo
pretende
imprescindible?
¿Quién
basa
en
ello
mi
felicidad?
¿Quién
me
examinará
al
final
de
la
vida
de
lo
que
he
hecho?
¿Quién
me
juzgara?
¿Quién
me
concederá
premio
o
castigo
según
los
resultados
obtenidos?
Las
respuestas
a
todas
esas
preguntas
es
una
sola
“
Yo,
yo
mismo”
.
Así
pues,
¿siendo
yo
mi
propio
juez,
no
habré
de
ser
benévolo
conmigo
mismo
tanto
en
mis
cargas
como
en
mis
juicios?-
Este
insigh
fue
en
su
momento
fundamental
para,
en
su
momento,
poder
deshacerme
de
la
carga
que
suponía
tener
que
ser
un
ser
excepcional,
en
el
camino
que
mi
ilusión
infantil
me
había
trazado
y
cuyo
cumplimiento
tanto
me
estaba
agobiando.
Tenemos
el
derecho
de
ser
benévolos
con
nosotros
mismos
y
la
obligación
de
aligerar
las
múltiples
cargas
que
nosotros
mismos
colocamos
sobre
nuestras
espaldas
y
que
nos
impiden
la
obtención
de
una
“felicidad
inteligente”.Así
pues,
si
yo
decido
que
me
hará
feliz,
podré
inteligentemente
elegir
algo
cuya
meta
me
sea
fácilmente
alcanzable.
6) VALOR ADAPTATIVO DE LA FELICIDAD DINAMICA
No podemos ocultar la importancia e incluso la necesidad que el progreso de la humanidad tiene de la existencia y de
la acción de hacedores dinámicos y ambiciosos. La historia del mundo actual y del consiguiente progreso de la cultura
occidental se basa, entre otras cosas, en la existencia de grandes hombres, que con esfuerzo personal, y en un lugar y
en un tiempo propicio han sido capaces de dar un giro nuevo a la historia. Todos ellos nacidos con esa pulsión de
hacer para alcanzar la conformidad con sus sueños.
Esta pulsión hacia grandes metas, comienza a menudo por los sueños infantiles y juveniles que todo ser humano ha
tenido en esa época y en la fuerte impresión que todo lo aprehendido en esas edades deja en nuestro subconsciente,
fijándose mediante intensos y “mágicos” sentimientos que nos acompañan toda la vida y que provocan una
insuperable necesidad de cumplirlos.
Es bueno y adaptativo para el progreso y superación del ser humano que esta pulsión a realizar nuestros sueños exista
y son admirables quienes la siguen y sobre todo los que tienen éxito, y de ninguna manera este escrito va dirigido
contra estos hacedores dinámicos cuya existencia es tan util para todos.
Lo que yo intento decir es:
1º Es bueno para la humanidad la existencia de buscadores de sueños y hacedores dinámicos. No podemos
desactivarlos. Cada uno debe ser libre de seguir, o no, sus sueños, de decidir hasta donde seguirlos y de pararse
cuando quiera y sentarse en su sillón.
2º Cada ser humano, en general, es libre de plantarse con respecto a la pulsión que le lleva a la necesidad de realizar
sus sueños y de buscar la felicidad en el exito. Incluso de, desatendiendo ese impulso, no llegar nunca a iniciar la
lucha por conseguirlo.
3º Seria bueno que cada persona, al menos en su juventud y pronta madurez, siguiera con afán una meta ambiciosa
que le reportara beneficios a él y al resto de la humanidad. Esto permitiría impulsar el progreso y el bien estar general.
4º No obstante lo anterior nadie tiene una necesidad real de seguir la natural pulsión hacia la lucha por el éxito en pos
de la felicidad. No hay verdaderamente nada ni nadie que te obligue a seguir esa ruta: ni una ley natural, ni una norma
universal, ni un rey, ni una república, ni siquiera Dios nos pedirá cuentas de nuestro éxito. En el lecho de muerte no
obtendremos privilegio alguno por haberlo conseguido todo, quizás una conformidad personal, si realmente estamos
satisfechos, pero esta no será mayor ni menor que la de un pobre labriego que se ganó el sustento con bien y
conformidad: Al que más ha conseguido más le dolera dejarlo.
5º Este estudio, en definitiva, nos dice que, si bien sería bueno para el conjunto del progreso humano que todos
aspiráramos a buscar la felicidad consiguiendo grandes logros y éxitos, eso no es, como torpemente creemos, algo
necesario, ni siquiera para la consecución de la propia felicidad.
Cada persona humana puede decidir, por propia voluntad, el intentar ser feliz en una vida serena y descansada
proporcionándose una felicidad estática.
Somos cada uno de nosotros quienes decidimos qué nos va a dar la felicidad, y siendo esto así, sabiamente podremos
luchar contra la pulsión que nos impele a coger ese camino que nos lleva con dolor y esfuerzo a lo que imaginamos
será la única meta posible para ser feliz.
Igualmente, para aquellos que ya han iniciado ese camino que les marca la pulsión, y que abatidos, desengañados o
libres para elegir decidan pararse y buscar un sencillo sofá para descansar del camino y que les proporciona la
felicidad de los placeres estáticos, hemos de aceptar que dejen una lucha estéril y que acepten el descanso.
Ni la decisión de renunciar a iniciar el camino ni la de parar y abandonarlo son decisiones fáciles; son decisiones
duras y sobre todo libres cuyo merito estriba en vencer la poderosa pulsión que nos empuja, y que nos amenaza con
no dejarnos ser jamás felices si no alcanzamos la meta requerida.
6 A parte del dolor de la renuncia el sujeto es perseguido por estigmas sociales que les tildan como débiles,
mediocres, perdedores, fracasados….. y un sin fin de adjetivos que forman parte de una jerga dirigida a propiciar el
seguimiento de la pulsión atávica. No es difícil, desde un planteamiento racional, desmontar estos estigmas, desde la
libertad personal y de elección. Si conseguimos obviar todo lo que pueda decir la gente y fijar la valoración de
nuestros actos en aquel cuya opinión realmente debe importarnos: nosotros mismos, podremos fácilmente vencer las
convenciones sociales que nos limitan y conseguiremos deshacernos de la pulsión. Seremos entonces libres para
tomar, o no, la decisión de sentarnos a disfrutar en nuestro propio sofá.
En resumen: Respeto profundamente a quienes siguiendo la pulsión luchan denodadamente por la consecución de
sus sueños y muy especialmente a quienes a pesar de caer una y otra vez (no digo fracasar) lo intentan de nuevo sin
descanso: Lo importante es que sean felices en su intento. Por desgracia no es cierto que todo el que persevera lo
consigue. Lo conseguirá alguno quizás, pero todos, y dependiendo de la meta, es imposible. A ellos mi admiración y
mi reconocimiento por que gracias a su acción y sacrificios el mundo progresa más efectiva y rápidamente. Este
estudio no va contra ellos pero sí va dirigido a aquellos que piensan que han hecho suficiente y no aguantan más. No
necesitan hundirse en la desesperación ni gemir ante la amenaza de ser llamado fracasado, o don nadie. Si son
capaces de detenerse en su camino, de olvidar su pulsión hacia la meta y despreciar el qué dirán, si son capaces de
decir a su mente aquí mando yo, yo soy mi juez y yo decido cambiar mi meta o escoger una nueva o ninguna,
entonces seremos auténticamente libres y podremos, quizás, elegir ser felices, sin complejos, tumbados en nuestro
confortable sillón, Este seria sin duda un gran éxito puesto que el alcance de esta meta es fácil y estaría garantizada
para todos.
7 COMO SER FELIZ DESDE MI SOFÁ (Pendiente de redactar)
8 ALGUNAS FRASES SUELTAS RELACIONADAS CON LO ANTERIOR:
Los sueños, con frecuencia, nos pesan más que las realidades.
MAI
Uno de los mayores obstáculos para ser feliz es la obsesión por serlo.
MAI
No puedes ser esclavo de tus sueños. Si tus sueños son tuyos puedes cambiarlos cuando quieras o incluso anularlos.
MAI
Que nadie, ni tu mismo, te impele a mantener la realización de unos sueños o alcanzar unas metas; sobre todo si esto
te produce mal estar. Tu decides si continuas a pesar del dolor o decides abandonar.
MAI.
La Logoterapia de Viktor Frankl nos habla de la ansiedad o temor anticipatorio asegurando que muchos trastornos
neuróticos se generan por que la obsesión de conseguir algo que se desea mucho provoca un estrés físico y
psicológico que anula el éxito de la tarea y produce frustración e infelicidad.
“Es característico de ese temor anticipatorio el producir precisamente aquello que el paciente teme. Puede
observarse este fenómeno en la intención excesiva, o "hiperintención" como yo la denomino, especialmente, en los
casos de neurosis sexuales. Cuanto más intenta un hombre demostrar su potencia sexual o una mujer su capacidad
para sentir el orgasmo, menos posibilidades tienen de conseguirlo.
VIKTOR FRANKL
Desear obsesivamente algo que nos es muy difícil de conseguir nos puede llevar a realizar una actividad que es
difícilmente gratificante hasta que no se consigue el objetivo buscado. Y como dicho objetivo, ya hemos dicho, es
improbable su consecución podría acabar tras el desagradable esfuerzo en tristeza y frustración.
MAI
La cuestión no está en que sentido tenga la vida sino en que sentido tiene el “tener sentido”: ¿Porque el ser humano
inmerso en un mundo sin “sentimiento de sentido” tiene ese constructo de “sentido de la existencia” y es tan
importante para él? ¿De donde viene y para que se configura en nuestra mente dicho constructo?. La confusión es
evidente, y difícilmente se puede hablar del “sentido de la vida” cuando ni siquiera sabemos por qué el ser humano
ha creado este constructo. Quizás, simplemente, le ha sido dado pero de nuevo debemos de preguntarnos ¿Para que?.
MAI
Los libros de auto-ayuda, que pretenden convencernos de que la necesidad de esforzarnos en intentar una y otra vez
conseguir la meta de nuestros sueños, buscan convencernos de que lo anterior es posible poniendo a nuestra
disposición gran cantidad de experiencias de hombres y mujeres que en las peores circunstancias y con gran esfuerzo
y tesón consiguieron su meta. Son siempre crónicas de ganadores, pero se oculta la pléyade de historias de fracaso
que hay por cada historia de un ganador. Este se parece al caso del juego de la lotería, el día del sorteo aparecen
felices decenas de ganadores eufóricos, y viéndolos parece que es fácil el ganar, pero quedan ocultos a las cámaras los
miles y miles de perdedores que nada han conseguido.
MAI
Fin provisional
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