NOVELA LARGA Basado en Ana Rosa Argumento: Amor, pasión, locura y muerte se dan cita en una historia que nace de la exposición mental de un ser humano, sencillo y puro, al torbellino de un sentimiento tan sublime y peligroso como lo puede ser el amor platónico hacia una figura que aparece inalcanzable a las fuerzas del sujeto. Amor, que aun desprovisto del determinante sexual, deviene en obsesivo y perturbador hasta el punto de hacer que la existencia del protagonista, acabe basada en ese frenesí de emociones que provoca el omnipresente nombre de su amada: Ana Rosa. La historia es un estudio psicológico de este joven, como pudiera serlo de cualquier otro joven así determinado, al que se añaden sucesos extraños y extraordinarios que perfilan una consecuente trama llena de intriga y misterio que va atrapando al lector en un in crescendo que no se resolverá hasta el final de la novela.. Copyright © 1997 Miguel Angel Ibarra Moreno Pagina de Author en Amazón: https://www.amazon.com/~/e/B08WHHC16M Propiedad intelectual: Registro Central de la Propiedad Intelectual Nro 1997/45845 ISBN: 9798700844857 y 9798755945684 ASIN(Para e-Books): B08W9NCY6V Sello: Independently published Paginas: 485 en formato E-Book, Tapa dura y Tapa blanda. Copyright © 2021 Diseño de cubierta Karen Ibarra Cruz Comprar en formato e-Book o físico en tapa blanda y tapa dura en: Amazon Kindle ¡¡ YA ESTÁ A LA VENTA MI NOVELA: «BASADO EN ANA ROSA» AHORA COMO NOVEDAD TAMBIEN EN TAPA DURA!! - Adquiérala en formato E-Book en el siguiente enlace de Amazon.com - Y en formato de Libro físico en Tapa dura y enTapa blanda, en estos sendos enlaces de Amazón. En Haro se puede adquirir ya en: - Librería Garabato Calle Conde de Haro, 2 - Copisteria Copisol Calle Mazo, 3 - Estanco Nº 1 LA VENTILLA Calle la Ventilla, 65 - Papel y tijera papelería Calle la Vega, 40 - Contactando directamente con el autor en su Email: maibarra@telefonica.net - O en el Kiosko de Sara (a la entrada en los jardines de la Vega). (En estos casos podemos facilitar la dedicatoria del autor al nombre que usted desee) No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio término, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia por grabación u otros métodos sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del código penal). DEDICATORIA: A ellas, mis nínfulas inaccesibles, etéreas, inefables: Margaritas imposibles. Las que fueron para mí y las que para los demás han sido. Por ser y estar, para cada hombre, para cada él, para cada yo, o para mí solamente. Por ser la inspiración y el soporte, de lo más bello del existir. El autor TABLA DE CONTENIDOS: PRÓLOGO: La Diosa ha Muerto ........................................................................................... - 7 - EL LAGO ...................................................................................................................................... - 12 - II Expulsado del Paraiso .......................................................................................................... - 12 - III En el tenebroso corazón del lago .................................................................................... - 18 - IV La tumba seca ....................................................................................................................... - 35 - LA PISCINA ................................................................................................................................. - 44 - V Y Dios creo a la mujer ....................................................................................................... - 44 - VI Llega el idolo ........................................................................................................................ - 58 - VII El milagro de la piscina: La encarnación de Venus ............................................... - 70 - VIII Diarios de vida y felicidad inefable .............................................................................. - 90 - IX La noche plena ................................................................................................................. - 110 - X Romantico regreso y extraña despedida ................................................................ - 131 - XI Elucubraciones nocturnas y fragilidad ..................................................................... - 142 - XII El negro teléfono .............................................................................................................. - 153 - XIII Siguiendo a un fantasma .............................................................................................. - 161 - EL RIO ......................................................................................................................................... - 170 - XIV La triste espera a costa de recuerdos ..................................................................... - 170 - XV Fantasmas del pasado .................................................................................................. - 187 - XVI El fin de toda esperanza ............................................................................................... - 203 - XVII El paso del tiempo ......................................................................................................... - 214 - XVIII La ramera mimética ...................................................................................................... - 231- XIX Por el cauce del rio ...................................................................................................... - 253 - XX En el templo de la Diosa ............................................................................................ - 268 - XXI Nuevas pesquisas y homenaje al idolo ................................................................. - 284- XXII ¡La Diosa existe! .......................................................................................................... - 297 - LA CATARATA .......................................................................................................................... - 313- XXIII Ni el ojo vió, ni el oido oyó ......................................................................................... - 313- XXIV En el septimo cielo ....................................................................................................... - 334- XXV Sí mi amor sí. ................................................................................................................. - 347- XXVI Dineros y tarta numpcial ........................................................................................... - 362 - XXVII El ruido y la furia .......................................................................................................... - 377 - EL OCEANO ............................................................................................................................. - 389 - XXVIII La casa de la playa ................................................................................................... - 389 - XXIX Cabalgando sobre la espuma ................................................................................ - 413- XXX La sombra de una duda ............................................................................................ - 423- XXXI La Diosa desnuda ....................................................................................................... - 440- XXXII Psicoanalisis de un gran amor .............................................................................. - 450 - XXXIII El hundimiento ............................................................................................................. - 471- EPÍLOGO El funeral Vikingo y vuelta al principio, ....................................................... - 479 - Sobre el Autor: Miguel Angel Ibarra Moreno es un autor español nacido en Haro (La Rioja). Es licenciado en Psicología clínica y diplomado en profesorado de ciencias humanas. Inquieto, al margen de su actuación profesional, por la filosofía, psicología y la propia literatura ha realizado algunas colaboraciones en su entorno habitual y escrito varias obras cortas de narrativa y poesía, siendo ésta su primera novela de larga duración. El autor preside desde hace más de veinte años La Comisión Organizadora del concurso poético más longevo de La Rioja. PRÓLOGO La Diosa ha muerto Los recuerdos se amontonan en mi mente. Apenas puedo creer que todo esto esté sucediendo en realidad. Me siento aturdido, confuso, y sin embargo puedo ver claro frente a mí, como si fuera esa la única realidad existente, el cuerpo sin vida, bañado en su propia sangre, de quien durante tantos años ha sido la razón de mi existencia. Hay algo morboso en esta contemplación de su cuerpo vencido, en ver fluir por sus heridas la sangre: roja, viscosa, como la de cualquier mortal. ¡Estoy paralizado! ¡No importa! No quiero avisar a la policía aún. Deseo seguir contemplándola, aunque sea así. Seguir contemplándola un minuto tras otro minuto, sin fin. Pensar que tarde o temprano se la tendrán que llevar, y esta vez para siempre, me resulta insoportable, ¡No, no puede ser!. Poco a poco comienzo a recordar, a ser más consciente de lo que ha sucedido. Pero mis sentimientos y temores siguen siendo los mismos. Toda mi vida se ha basado en esa mujer, todos los sueños desde la juventud, todos mis pasos posteriores, todos mis conceptos de amor, felicidad, futuro y sentido de la vida están concebidos en torno a Ella. Y ahora delante de mí se abre un abismo negro y sin fondo hacia el cual estoy abocado, pero en el cual no caeré en tanto que Ella esté aún aquí a mi lado, mientras pueda seguir contemplándola así, un minuto tras otro minuto, sin fin. ¿Qué ha sucedido? El arma aún está en mis manos. La aprieto de modo compulsivo como si algo, dentro de mi mente, dentro de esta misma mente que está intentando razonar, percibiera aún algún peligro y buscara otro nuevo y querido blanco sobre el que disparar. ¡La había matado! Era absurdo: Aunque el mismísimo Dios que regula el destino de hombres, animales y cosas se me hubiera aparecido en majestad y dado pruebas fehacientes de que tal cosa pudiera suceder, no lo hubiera creído. Hubiera dicho seguro: ¿Yo matar mi propia vida? ¡Imposible! ¡No, no puede ser! Y sin embargo aquí estoy, frente a una realidad que solo podría concebir en forma de pesadilla. ¡Ahora lo sé! Al sentir la tensión en mi brazo y la crispación de los dedos que aún sujetan el arma, comprendo cual es el blanco siguiente sobre el que debo disparar y cual el peligro que mi mente percibe: Mi sien es el blanco. El peligro: ¡Enloquecer sin Ella! Intento apartar el arma lejos de mí sin conseguirlo. No sé por qué lo hago, no sé de donde nace esta fuerza extrema, el principio de esperanza suficiente que me lleva a recapacitar, a buscar una solución. Seguramente que tantos años manteniendo la esperanza más allá de toda lógica, luchando frente a todos, persiguiendo un absurdo, me están ayudando a superar estos momentos críticos. ¡Sí, debo pensar! ¡Debo recapacitar sobre todo esto! En algún sitio, dentro de mí, debe haber una solución posible, una luz de esperanza que permita acercarme sin temor al oscuro abismo que me aguarda. Intento levantarme del suelo, sobre el que me he derrumbado tras efectuar los disparos. Con dificultad apoyo las manos en la barandilla de la escalera y me incorporo sobre mis pies: He debido caer rodando por ellas. Me encuentro bien, apenas me duele algo el brazo, dañado sin duda en la caída. Busco a tientas el sillón que está frente a mí para echarme sobre él. Recorro con la mirada el salón reconociendo uno a uno los distintos muebles y enseres que en él se encuentran: Cuadros, mesas, sillas cortinas, la alfombra..., todos comienzan a ser reconocidos en mi mente como objetos míos, nuestros, suyos; ¡Sí, suyos! y como tal únicos y entrañables. No puedo evitar que la mirada regrese al punto fatídico: El pequeño espacio sobre la alfombra que ocupa Ella. Aún fluye su sangre. Una sangre oscura y densa como la melaza. En mis manos ha quedado la pistola asesina: Un revólver pequeño, brillante, plateado, con cachas de nácar. ¡Dios mío! Que retorcida mente puede hacer un arma para matar, así, de plata y nácar; como una medalla, como una perla, como una virgen entronada. De niño siempre quise tener un revólver. Un revólver como los de verdad, con el tambor móvil, que diera vueltas al apretar el gatillo y disparara pistones con ruido ensordecedor. Cada año se lo pedía a los Reyes Magos, pero estos, insensibles a mis deseos, me traían preciosas pistolas de tipo Luger o Star, incluso algún rifle de repetición, pero nunca me trajeron el revólver. Soñaba con salir a la calle el día seis de enero con él, enfundado en una cartuchera de cuero, un cuero oscuro, viejo, desgastado; y enfrentándome al resto de mis amigos, que por cierto, tampoco tenían cartuchera de cuero, ni revólver de tambor giratorio; desafiarles a ver quien disparaba más rápido. Sacaría entonces el revólver como un rayo, igual que en el cine, y dispararía las seis troneras que previamente habría colocado en su interior. Luego lo enfundaría tras darle varias vueltas sobre mi dedo índice a modo de exhibición. ¡Es curioso! En los momentos más trágicos de mi vida ¿En qué me pongo a pensar?: En una anécdota trivial y lejana de mi etapa infantil. Sin embargo tiene su lógica que esto sea así. Si recapacito acerca de mis mecanismos de defensa, este de huir al pasado, a momentos mejores, vividos o imaginados, ha sido siempre mi favorito Ya en mi adolescencia, tras cada desgracia, tras cada fracaso, tras cada desilusión, recordaba aquellos momentos, en los que había sido feliz. Momentos de mi infancia lejanos pero intensos, revestidos de ese trascendente halo mágico con que dota el recuerdo a las cosas pasadas, que escondidas tras una cortina de tiempo, como una gasa dorada, nos permite tan solo ver sombras y perfiles, resplandecientes, puros e idealizados. Luego, tras conocerla, mi niñez desapareció. Toda la felicidad que aquellos recuerdos me proporcionaban saltó hecha añicos ante la nueva felicidad que el amor, recién estrenado, presentaba ante mí. Desde entonces Ella fue mi referencia, mi recuerdo predilecto. Que absurdos e infantiles me parecían entonces aquellos recuerdos de niño fantasioso e inquieto que jugaba a escribir guiones del oeste para una película imaginaria. ¡Qué vergüenza me daba volver a unos recuerdos llenos de juegos atolondrados y sin sentido! ¡Qué vergüenza me daba el que Ella me viera como un niño!, como el niño que aún había dentro de mí cuando la vi por primera vez. El recuerdo y la fantasía en el futuro serían Ella. Aquellos primeros instantes y los días que sucedieron, tan atolondrados y efímeros, serían ya para siempre mi gran evasión; una evasión completa y feliz a un mundo hermosísimo y magnificado por la fantasía, un mundo que era sobre todo "Su mundo", en el que reinaba su presencia, la presencia de Ella, de esa mujer que ahora yace tendida a mis pies, sin un soplo de vida. De esa mujer que ya nunca podrá ser mía más que en el recuerdo, en la imaginación, en la fantasía, en ese mundo interior del que gracias a Dios aun soy dueño absoluto y en el que puedo hacer y deshacer a mi antojo; en ese mundo en el que Ella, ¡Tú!, has sido y seguirás siendo siempre “la reina de mi cielo”. Un mundo, en fin, que solo podrá extinguirse con mi propia desaparición: Algo que no estoy dispuesto a consentir a pesar de mis oscuros impulsos. ¡Quizás aún esté viva! Quizás el corazón lata aún dentro de su pecho, de su hermoso, de su adorado pecho. ¡Quizás aún pueda salvarla! y todo vuelva a ser como antes, como ayer. No, mejor como antes de ayer o quizás antes aún­ ¡Dios mío!, son tan pocos los momentos en que he encontrado paz en este amor desmedido y absurdo. Me pregunto si realmente quisiera volver a vivir lo vivido, retroceder en el tiempo y comenzar de nuevo una historia como la pasada. Me pregunto si podría volver a la ignorancia de ayer, a los sueños limpios, a aquel amor sincero donde Ella era una diosa encarnada cuya sola presencia me hacía tan feliz que no necesitaba nada más. A aquellas fantasías en las que aquel ser divino me otorgaba su amor con solo una mirada y en que toda mi esperanza era volver a verla para volver a ver aquella mirada en sus ojos. ¡No! Hoy sé que no existe ninguna diosa, que mis sueños eran solo sueños y que no había amor en su mirada. Y sin embargo la respuesta a esa pregunta sería ¡Sí! Sé que sería ¡Sí! aunque mi mente y mi razón, aunque mi amarga experiencia se negara a aceptar esa respuesta, yo volvería a responder una y otra vez: ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! Es por eso que algo dentro de mí, quizá por primera vez el sentido común, me impide levantarme de este sillón, coger el teléfono que veo frente a mí y llamar a una ambulancia, a un equipo de urgencias que pudieran, tal vez, rescatar un último suspiro de vida de su cuerpo inerte. ¡No! No tengo ganas de moverme, me quedaré aquí, en esta habitación, en este lugar hasta ayer magnificado por su presencia viva y que hoy tan triste y desolado se me presenta. Cerraré los ojos y recordaré. ¡Sí!, intentaré recordarlo todo tal como fue, tal como soñé que sería. ¡Volver al pasado! ¿Cuánto tiempo hace? ¡No! No debo volver a caer en esa tentación. El recuerdo me devuelve a la fantasía y la fantasía al deseo y el deseo a Ella. ¡No! No debo caer de nuevo en esas garras suaves y sedosas que me van desgarrando la piel hasta llegar a las entrañas, casi como en una caricia. ¡No! No caeré de nuevo en la fantasía, en esa fantasía que me lleva al mundo donde Ella habita, donde es dueña absoluta de mi destino con tan solo una mirada. Pero Ella está muerta, yace frente a mi inerme. Ya mis sueños no volverán a ser nunca como los de ayer, ya jamás podré soñar con alcanzarla y oír de su boca esa palabra que aún espero dirigida a mí. Todo se ha acabado, nada debo de temer ya de un recuerdo remoto, de una tragicomedia que no volverá a repetirse por que su actriz principal a muerto, ya no existe, y sin Ella no cabe ni el enredo, ni el drama,... ni el amor. ­ ¡Oh Dios mío, no puedo! ¡No puedo aguantar esta realidad! ¡Necesito volver a sentirlo, volver a recordarlo todo! ¡Sí! Lo haré por última vez, recordaré todo tal como ocurrió. Reconstruiré la historia en mi mente con los nuevos datos que hoy poseo. Cerraré mis ojos y recordaré, una vez más, como empezó todo. Hace ya tiempo. ¡Hace tanto tiempo...!
Miguel Angel Ibarra
Novela 3.1
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Diseñadora de cubierta y autor frente Autor firmando ejemplares Diseñadora y autor posan con camisetas a un escaparate con su libro. Sobre la diseñadora de la cubierta: Karen Ibarra Cruz (Haro, 1995) es graduada en Publicidad y Relaciones Publicas por la Universidad de Valladolid y master en creatidvidad publicitaria con diploma de la Universidad San Jorge. Se graduó con un trabajo sobre el conocido fotógrafo y cartelista publicitario Pere Catalá Pi. En la actualidad trabaja en Madrid como Directora creativa de arte en una agencia publicitaría. En 2022 ha ganado el curcurso del cartel de fiestas de Haro 2022.